martes, 30 de noviembre de 2021

EL LARGO CAMINO HACIA EL AMOR 1

 

Este año el otoño será más cálido, dice sonriendo el señorito de la mansión, Kim Jaejoong. Su nana rueda los ojos y luego ríen juntos. La emoción radica, en que esa noche, su prometido el capitán Jung Yunho lo visitará después de una larga y extensa ausencia y solicitará formalmente el pedido de matrimonio.

El señorito Jaejoong pertenece a una de las últimas familias nobles de la ciudad.

En aquel tiempo la palabra de un caballero era considerada ley y honor.

El padre del capitán Yunho y el padre del señorito Jaejoong, hicieron un pacto, sus hijos cuando fuesen mayores se unirían en matrimonio. Aunque estaban ebrios cuando firmaron el acuerdo.

Los terrenos donde estaban edificadas las respectivas mansiones, Jung y Kim, colindaban, por lo cual, en aquel entonces, Jaejoong siendo apenas un niño, veía al apuesto vecino Jung Yunho montar su caballo y dar vueltas en el corral, en sus clases de equitación. Fue quizás en aquel entonces que Jaejoong comenzó a tener sentimientos por el joven Yunho.

A temprana edad, Yunho fue enviado a estudiar al extranjero, a su vez Jaejoong estudió en las mejores escuelas y en la mejor universidad del país. Siempre fue admirado por su delicadeza y exquisita belleza, algo exagerada para ser un hombre. Pero Jaejoong suspiraba con resignación, los vestidos de las damas son tan bellos, en cambio la ropa masculina, hace una mueca, es tan pobre. La nana ríe, si incluso con un saco el señorito se ve hermoso.

Durante el tiempo que Yunho estuvo en el extranjero, Jaejoong le dedicó tiernas palabras, cartas que demoran meses en llegar a su destinatario. Nunca recibió una respuesta, supone que las cartas se extraviaban en alta mar. Suspira, en las novelas que ha leído junto a su nana, el amor siempre pasa de dulce y agraz, pero cuando es sincero, prevalece, Jaejoong sonríe, es un romántico empedernido. Su amor será como el de aquellas novelas.

Durante las vacaciones, se vieron dos o tres veces. Los ojos soñadores de Jaejoong no dejaban de mirar al indiferente Yunho.

El amor, a veces, ciega la razón y la verdad que está ante sus ojos.

Jung Yunho se fue nuevamente al extranjero, terminó sus estudios , e hizo de la marina su profesión, llegando ser el capitán de un gran navío.

Durante ese largo periodo de ausencia, Jaejoong escribió cálidas palabras a su prometido, las cuales, al igual que las anteriores nunca fueron respondidas. Ni una sola palabra.

Pero todos sus temores quedarán atrás, esa noche el capitán lo visitará...intercambiarán anillos de compromiso y fijarán la fecha de la boda, nada puede opacar su felicidad. La noche anterior apenas pudo dormir, está ansioso, se mira en el espejo, y se pone en poses y ensaya las palabras que dirá cuando lo vea entrar por la puerta.

La cena está lista, la sala resplandece y la espera se torna ansiosa...Jaejoong mira el reloj de la pared...el tic tac se hace tan lento.

Se sienta en el sillón de la sala principal, está impaciente, no deja de mover sus pies, quisiera danzar, dijo a su nana...ella sonríe, le aconseja que no se muestre tan ansioso ante su prometido. Y que no permita que tome su mano más de la cuenta, (Jaejoong hace una mueca) ya habrá tiempo, dice ella, para calentar la cama matrimonial, a lo cual el señorito se sonroja

Por fin un carruaje llega y se detiene frente al portón del jardín...el jardinero abre las puertas y el carruaje avanza hasta la entrada principal.

Jaejooong corre hacia la puerta, siendo regañado por la nana, un señorito nunca debe mostrarse tan excitado,dice ella, obligando que retroceda y asuma una actitud y conducta acorde con su titulo.

La nana sabe bien, Jaejoong es el ser más puro y noble de toda la comarca, por eso mismo debe cuidar su virtud. Está tan enamorado que teme se pueda entregar sin condiciones antes las dulces palabras del capitán.

Mientras el señorito Jaejoong espera de pie frente a la puerta, la nana lo mira y abre...

Primero fue duda, luego confusión...un hombre joven, al que no conocía estaba allí en el umbral de la puerta, sostenía una carta...Avanza y hace una reverencia...sin más presentaciones le entrega la carta a Jaejoong, hace nuevamente una reverencia y se marcha.

El señorito corre detrás del hombre, le pide una explicación, el hombre se disculpa y dice que solo es un mensajero. Vio alejarse el carruaje hasta que ya no pudo verlo en el horizonte.

Mira la carta que sostiene con fuerzas, teme leerla, es un latido diferente, de angustia y pasión.

Tal vez le sucedió algo, quizás tuvo un accidente, ante esas ideas palidece y se sienta bruscamente en el suelo, la nana lo ayuda a ponerse de pie, lo lleva a la sala...allí, más calmado se decidió a leer la carta.

"Antes de explicar mi ausencia, me disculpo, no soy tan dado a las letras ni palabras cursis. Por lo mismo seré breve. No te amo y nunca te amaré...mis ausencias lo han demostrado, me parece injusto que por un trato ridículo por parte de nuestros padres tengamos que condenarnos a esta unión. Sin embargo cumpliré con el último deseo de mi padre. Te daré libertad absoluta para que hagas lo que quieras con tu vida, yo haré lo mismo, para que esta condena no sea tan dura, hasta que pase un tiempo prudente y podamos solicitar el divorcio..."

La carta cayó al suelo, al igual que todas las ilusiones de Jaejoong.

La nana no dejaba de maldecir, y vociferar palabrotas sucias contra el capitán Jung Yunho. Mientras el señorito se quedó quieto, mudo y sin brillos en los ojos.


"La vida es un momento en el espacio y cuando el sueño se ha ido, es un lugar totalmente solitario..."



EL LARGO CAMINO HACIA EL AMOR 2

 El otoño avanza y el cielo se oscurece por las densas nubes negras, ocultando los débiles rayos del sol que tímidamente quiere asomar detrás de las montañas, pero ya no es su tiempo.

La nana cubre la espalda de Jaejoong, que ha hecho del pórtico de la mansión su lugar favorito, espera mirando hacia el camino. A ratos sus ojos se iluminan cuando un carruaje se acerca, luego la decepción cuando sigue el camino.

El corredor es bañado por miles de hojas secas, que parecen acariciar los pies del señorito, quien sostiene un libro entre sus blancas manos, parece adorar cada frase escrita con total romanticismo, mismas palabras que soñó tantas veces escuchar salir de los labios del capitán.

Mira a su nana, sonríe, tal vez fue un error...quizás el muchacho, se equivocó de carta. La nana cuida que la manta no caiga de sus hombros, lo mira y entra a la mansión. Respira hondo, prometiendo algún día cortar las partes íntimas de tan cruel hombre.

Había ocasiones en que Jaejoong permanecía largo tiempo en la cama, las fuerzas parecían abandonarlo cada día, no comía ni bebía nada. La nana teme que se desquicie totalmente.

—El señor Yunho, que dirá cuando lo vea, así tan pálido, sin color en las mejillas y sin carne en los huesos, a los hombres les gusta agarrar.

Jaejoong pestañea.

Ella sigue—Debe alimentarse, así cuando el capitán regrese caerá rendido a sus pies

Jaejoong sonríe—Realmente crees que vendrá?

Nana—Por supuesto.

Jaejoong se levanta—Comeré en la sala, es un día hermoso, verdad?

La nana mira hacia la ventana, es un día gris y ha comenzado a lloviznar, hace una mueca  Oh si, un día hermoso.

Estaba en la sala cuando un carruaje se detuvo frente a la puerta principal. El señorito mira a la nana y sonríe...sus ojos se cristalizaron de emoción.

Corre hacia el pórtico, se detiene cuando ve bajar al mismo muchacho de la otra vez, hace una reverencia y su cara es adornada con una simpática sonrisa, y sin más le entrega un sobre...Esta vez esperaré respuesta.

Jaejoong lee las escuetas palabras  de Yunho, sin nada de romanticismo como había esperado ilusamente, más bien eran palabras toscas y sin ningún atisbo de cariño. Tuvo la desagradable idea de enviar en el mismo sobre el anillo, un documento anexo con la firma del capitán Jung Yunho en un acta de matrimonio, solo faltaba la firma de Jaejoong,  para que ambos fueran declarados esposos. 

La nana tomó su mano, la cual sostenía la pluma empapada de tinta...Está seguro Señorito?

Jaejoong la mira y sonríe...firma para luego ponerse el anillo, mira su dedo y una lágrima corre por su blanco y hermoso rostro, es de felicidad, dice.

Por supuesto la nana y el joven mensajero,  firmaron como testigos.

El muchacho se lleva el papel firmado, antes de subir al carruaje mira hacia la mansión, respira hondo, siente lástima por el señorito.

Y esa noche, Jaejoong se durmió mirando su anillo, esperando que las próximas noches su esposo el capitán Yunho apoye su cabeza en las suaves almohadas de su cama.

A la mañana siguiente, se levanta con mucho ánimo.

—Durmió bien? se siente bien?

Jaejoong sonríe y muestra el anillo en su dedo—Soy un hombre casado, por supuesto que me siento bien.

La nana rueda los ojos.

Después de desayunar, Jaejoong mira el jardín, hay que limpiar y sacar las hojas secas, dile a los trabajadores que...

La nana se adelanta a recordarle que, los trabajadores fueron llamados a servir a la patria, ya no quedaba ningún hombre joven...El cochero es un anciano  y el jardinero  es más viejo que el hilo negro, dice bromeando.

Jaejoong suspira, sonríe, me gusta la jardinería.

—No estoy seguro que algo brote, ríe...

La nana hace una mueca, mirando al cielo—seguro la lluvia las arrancará.

Esa misma semana la lluvia cayó a torrenciales, Jaejoong mira el jardín solo se veía barro y algunas ramas sobre el jardín. Suspira, no importa, dice...cuando llegue primavera se verá mejor. La nana le sonríe, pero falta mucho para primavera...Mira al señorito que mantiene una leve sonrisa mientras mira hacia el camino. Ella no permitirá que la poca razón que le queda se pierda.

—Nana, no te preocupes, no estoy loco.

Ella rompe en llanto, Jaejoong la abraza—Es solo que necesito tener esperanzas, me entiendes?

Ella asiente con la cabeza y luego sonríe—Encenderé la chimenea.

Quizás el calor del fuego haga menos larga la espera., de algo que nunca fue prometido.


"Y me quedé soñando, con la ilusión a cuestas, con la esperanza guardada en el bolsillo roto de un pantalón. En el baúl sin fondo de mis decepciones. Aletargado en el tiempo, obsesionado con verte. Se enrojecieron mis ojos...se marchitaba mi mente..."



EL LARGO CAMINO HACIA EL AMOR 3

 Jaejoong recoge una hoja seca, una de las miles que los árboles dejaron caer en el pasillo de la entrada principal...Una pequeña brisa las alborota formando un pequeño remolino...Hay hojas con varias tonalidades de amarillo, anaranjado...marrón y de distintas formas.

Muy interesante, dice la nana, retirando una bandeja...una cátedra sobre hojas secas de otoño, Jaejoong sonríe.

Pasaron algunos días y la situación en la región se puso peligrosa, se decía que un grupo de rebeldes sembraban el terror en los pueblos aledaños.

La nana mira con preocupación la despensa, hace una mueca...

—Solo nos quedan algunos víveres, para dos o tres días y el otoño recién comienza, imagine que sucederá cuando llegue el invierno. Mis huesos no podrán soportar tanto frío.

Jaejoong esboza una sonrisa—Para ese entonces, mi esposo, estará aquí...él sabrá como solucionar todo (sonríe, le gusta decir "mi esposo").

La nana respira hondo. Mueve la cabeza en negación, mientras el señorito escribe sentidas palabras para su marido ausente.

Dos días después

Ambos miran la despensa, solo un poco de arroz y lentejas, Jaejoong respira hondo, no puede enviar al cochero, la nana dijo que por sus achaques se fue con su familia del sur, entonces envió al jardinero al mercado. Horas después volvió con apenas algunas legumbres. Se quejó diciendo que la gente se amontona y empuja sin considerar a los ancianos. Existe un gran descontento y miseria...todo por la bendita guerra que nadie entiende sus motivos.

Jaejoong se queda pensando, mirando la mansión y recordando como solía ser. Se entristece, ruega a dios que su esposo esté con él en breve tiempo, seguro un capitán sabrá que hacer. La nana rueda los ojos, su niño perdió totalmente el juicio.

El arroz, y las legumbres fueron preparadas en raciones. Jaejoong sonríe, toca el piano para alegrar a sus fieles sirvientes.

En que momento llegamos a esto, nana?, pregunta más tarde...Ella hace una mueca, se encoje de hombros—yo no entiendo cosas de política, señorito. Para mi son todos unos salvajes renegados (indica) los del norte y los del sur.

Jaejoong hace una mueca, yo tampoco entiendo de política, dice...Respira hondo, espero que mi amado esposo no esté pasando necesidades, la guerra es tan cruel.

La nana rueda los ojos, definitivamente el señorito perdió la razón.

Una semana después...

Está seguro?, hay rebeldes en cada esquina...los muy desgraciados racionan los escasos alimentos, de nada servirá que vaya...Pero Jaejoong estaba decidido, subió al carruaje y el mismo tiró de las riendas. La nana se quedó con el credo en la boca.

Cuando llegó al centro, solo vio desolación, nunca dimensionó que algo así estuviera ocurriendo. Las personas lo miran como si él fuera indigno, algunos escupen el carruaje. Estos riquillos ¡fuera! gritaban, decían que los ricos tenían sus alacenas llenas, Jaejoong está realmente asustado, pero fue por un poco de alimento, así que respiró hondo y bajó del carruaje...caminó entre una turba que intentaba sabotear un almacén. La policía llega llevándose detenido al que se pusiera en frente...Jaejoong se esconde en una esquina para luego llegar a una fila interminable de personas, le llamó la atención que algunas mujeres tienen preferencia, será por la coquetería natural de su condición, Jaejoong hace una mueca, él puede ser mucho más coqueto, pero no es mujer. Mientras espera en la fila, algunos comenzaron a mirarlo de mala manera, la situación se tornaba peligrosa, hasta que un hombre se interpone...toma del brazo a Jaejoong y lo hace pasar, todos reclaman.

Mala idea señorito, como se le ocurre mezclarse con la plebe, tuvo suerte...de lo contrario se lo hubieran comido vivo y con zapatos.

Jaejoong pestañea, el hombre le pasó una bolsa con algunos víveres y lo acompañó hasta el carruaje, le aconseja que la próxima vez no sea tan vistoso.

La nana está boquiabierta, su señorito pasó por todo eso...agradece a dios y al desconocido por ayudarlo.

En la noche

Las velas de los candelabros ya casi están derretidos, la nana lee algún pasaje bíblico, mientras Jaejoong mira por el ventanal. Nada se ve en esa noche tan oscura. A lo lejos se escucha el canto de un grillo, y alguna gota caer del tejado.

Demasido silencio, dice...Me pregunto que estará haciendo mi esposo en este momento, nana, crees que piense en mi?

Ella prefirió no contestar.

Jaejoong acerca un candelabro para poder escribir una carta a su amado, no sabe si llegará a destino, pero al pensar que sus cálidas líneas son leídos por el capitán Yunho, asemeja como si él recibiera un beso suyo. Se sonroja, el amor es maravilloso. Claro si es correspondido, murmura la nana.

De pronto se escuchó un estruendo, la nana corre hacia la ventana...a lo lejos se ve resplandecer el cielo, seguro hicieron explotar algo o peor los renegados rebeldes empezaron a atacar al pueblo. Los disparos poco a poco se iban acercando. La nana apagó las llamas de las velas. Pronto se escuchó los casquillos de caballos pasando frente...Sus corazones se agitan, ya que un grupo se detuvo en el pórtico. Llegaron más hombres y comenzaron los disparos, el grupo siguió su camino...pero claramente hubo un enfrentamiento allí mismo. Luego silencio absoluto, el olor a pólvora llegaba hasta sus narices.

Después de esperar unos minutos, se asoman por la ventana, nade se veía...todo estaba calmo, hasta que escucharon un quejido que provenía detrás de la puerta principal.

Jaejoong respiró hondo, mientras abre la puerta, la nana sostiene un sartén.

Había un hombre desmayado, estaba herido. Ayúdame nana a llevarlo adentro—Está loco?. 

Este hombre me ayudó en el mercado  (contestó Jaejoong) Seguro vino a prevenirme.

—Como sabe donde vive y por qué vendría, a no ser que tenga un interés especial, Jaejoong rueda los ojos.

Luego

La nana y Jaejoong miran la herida, una bala alojada en la ingle del atractivo desconocido.

Está bien, esto es lo que haremos, traerás agua hervida, algunas gasas, tijeras y toallas...tenemos alcohol?

No, contesta la nana pero hay licor de agua-ardiente...Perfecto.

El hombre se quejaba mucho, por lo cual Jaejoong lo hizo beber y cuando estuvo bien borracho, cayó desmayado...entonces pudo sacar la bala, no sin antes dudarlo mucho, temblar la mano, sudor frío, respiración agitada y mucha taquicardia.

Después de algunas horas, Señorito y Nana están sentados, asombrados de ellos mismos, jamás en otro escenario, hubiera pensado que el señorito sería capaz de hacer esa operación sin desmayarse.

Jaejoong mira al desconocido...mira su pecho, el abdomen...tiene curiosidad por mirar más abajo, nunca antes había visto a un hombre desnudo, que no fuera él mismo. La nana carraspea—recuerde que está casado, con un idiota, pero casado al fin de cuentas.

A la mañana siguiente

El hombre despierta, se quiso mover pero no pudo, una mano en su frente hizo que abriera más los ojos.

—Pensé por un momento que había visto un ángel y no me equivoqué.

Un día después

No debería moverse, la herida aún no cicatriza...

El hombre toma las manos de Jaejoong, (deposita un beso en cada una), debe marcharse de este lugar lo más pronto posible, ya nada queda en el pueblo, seguro los saqueadores vendrán por las mansiones y más temprano que tarde llegarán aquí. Tiene donde irse?

Pero...

—Cuando acabe todo, podrá volver, no le aseguro que la encontrará tal cual la dejó, pero tendrá un techo sobre su cabeza.

Pero Jaejoong es terco y no quiso dejar la mansión, que con tanto esfuerzo sus antepasados construyeron.

Por suerte divina, los saqueadores tomaron otro camino.

Los días y las noches se suceden sin sobresaltos, sin emociones...Los árboles están totalmente desnudos y el invierno está cerca.

Cada día y cada noche, Jaejoong escribe sentidas palabras a su esposo. La nana hace una mueca—Acabará con todo el papel de las imprentas.

Jaejoong sonríe. Las envía con la esperanza de algún día recibir respuesta. Suspira, con cuanta alegría la recibirá y estrechará contra su corazón y leerá esas palabras como si fueran una oración de amor.

La nana respira hondo, es mejor dejarlo con su locura si es que así se siente feliz.

Esos breves días soleados eran una despedida para dar paso al inevitable invierno. La leña comenzó a escasear. Y los suministros también.

Entonces Jaejoong decidió

—Iré a buscar a mi esposo.

...

Cuando una idea da vueltas en su cabeza no hay poder divino que lo haga desistir.

Entonces subió al carruaje y el jardinero que ahora es el cochero,  tomó el camino hacia la gran ciudad, no estuvo exento de peligros...pero es un joven de fuerte voluntad...tres días,  con sus noches duró la travesía. La ciudad parecía haber sido menos invadida por los rebeldes, había mucha gente, mucha música y personas riendo y bebiendo en las calles, parecía una fiesta eterna.

Preguntó a unas ancianas por la mansión del capitán Jung. Desde allí se podía ver al final de una calle una casa grande de gran belleza. Su corazón se acelera, pronto estará frente a su esposo.

El carruaje se detiene y Jaejoong baja, está ansioso...sonríe.

La gran puerta estaba entreabierta, la empujó y camino por un largo camino adornado con flores de la estación. Parecía un sueño, como si la guerra no hubiera pasado por ahí.

Arregla su chaqueta y las cintas de su camisa...cuando va a tocar  la puerta, un muchacho se sorprende al verlo...

—Señorito Jaejoong...?

Era el muchacho que las veces anteriores había ido a la mansión Kim, llevando las frías cartas del capitán Yunho.

Jaejoong sonríe—Viene a...mi esposo está?

El muchacho parece algo nervioso, Jaejoong nota su angustia y sin preguntar nada da un paso y otro más...antes de entrar a la sala, había otra habitación,  una puerta con vitral exquisitamente tallada,  por el cual se podía ver perfectamente. Fue cuando sintió que su corazón terminaba por romperse...Su esposo, el capitán Jung Yunho acariciaba el vientre de una mujer.

Retrocedió lentamente, no podía ni quería respirar...

—Señorito...debió avisar que visitaría al capitán.

—Yo, envíe miles de cartas...(casi resbala, el muchacho lo tomó del brazo)

—Yo...no le digas que estuve aquí.

—Señorito que hará ahora

—Regresaré

—Pero debe estar cansado, quédese...

Jaejoong esboza una sonrisa—Quedarme.

El muchacho guarda silencio.

Jaejoong subió al carruaje, su corazón se quedó allí en el suelo, pisoteado por el capitán Jung.

Cuando el carruaje se alejó...

—¡Junsu! (grita el capitán)

—Si señor...

—Donde estabas.

—Yo...

—La señora tiene antojos, ve al mercado y trae lo mejor para ella. 

La nana está preocupada,  el señorito no ha dicho palabra alguna. Cuando Jaejoong salió, iba con tantas ilusiones y  al volver parece que fuera otra persona. Hace una mueca, seguro ese capitán fue grosero, jura una vez más decapitar sus partes.

Esa noche y las siguientes, por dos  semanas, Jaejoong lloró, lloró mucho hasta que no pudo llorar una lágrima más.


"Dime que hice mal para merecer tu desprecio cariño...Tanta soledad me tiene al borde de un profundo abismo..."




EL LARGO CAMINO HACIA EL AMOR 4

 El invierno llegó...

La nana hecha más leña a la chimenea, el señorito, tiembla...ella no sabe si es de frío o por el desamor del capitán, quizás sea ambas cosas. Murmura entre dientes, maldiciendo de vez en cuando—La culpa la tiene su padre, y el padre de ese cretino...como se les pudo ocurrir hacer tal contrato, (suspira) mi pobre niño, tan bello, tan delicado...y no es amado. Rayos, juro que si alguna vez veo al tal capitán le sacaré los ojos y le cortaré sus partes para que no pueda satisfacer sus deseos pecaminosos con ninguna mujer.

—Que tanto murmuras nana...

—Hago mis oraciones, señorito.

Jaejoong mira hacia la ventana, la nana corre las cortinas...

—Este año el invierno será más frío, creo que durará para siempre.

—No digas eso, señorito, verá que los días pasarán rapidito y la dulce primavera se anidará en su corazón.

Jaejoong mirando las brasas de la chimenea—Debemos irnos de aquí, hasta que pase el invierno.

—Donde iremos...

—Aún no lo sé...podría sacar algo de dinero del banco y arrendar una casa en el centro.

—Esa es buena idea.

Entonces el señorito y su nana, subieron al carruaje y fueron al centro de la ciudad. El viaje no se salvó de inconvenientes, pero al final llegaron...Pero el banco estaba tomado por algunos rebeldes, sería una mala idea insistir. Se devolvió al carruaje tratando de no llamar la atención. La risa de las mujeres del burdel lo distrajeron un segundo...se ven tan alegres en medio de todo ese caos.

Al regresar se encontraron con un escenario desolador...La mansión, había sido desvalijada por completo.

La nana llora de rabia—Incluso se llevaron mi biblia, para que quieren una biblia estos desgraciados hijos de sus rameras madres.

Jaejoong respira hondo, nana, dice—Sé donde tenemos que ir...

La nana lo mira.

Cerraron la puerta con cadenas y un gran candado, regresaremos en primavera, dice el señorito mirando su amada mansión.

Viajaron cuatro días con sus noches...llegando a la gran ciudad.

Valgame Dios, dice la nana, mirando la mansión del capitán, esposo de su señorito—Mal nacido...cuanto lujo y su esposo pasando necesidades...el gran hijo de...

—Nana, se te caerá la lengua (leve sonrisa)

Ella finge ofenderse—Mis oraciones, señorito...

Entonces Jaejoong respira hondo y camina hacia la entrada principal...La nana toca la puerta con fuertes golpes de puño.

Una sirvienta abre la puerta, los mira de la cabeza a los pies, hace una mueca—no estamos interesados en comprar nada (dice con aire de superioridad), la nana le habla tomando su quijada—pero yo si estoy interesada en arrancarte los dientes.

Jaejoong esboza una sonrisa, después de todo, estaban sucios y embarrados, ya que en el camino tuvieron que arreglar una rueda del carruaje.

—Si no quieres tener problemas, flacucha, sal de mi camino.

El capitán estaba en su despacho y escucho las voces, cada vez más fuertes y desafiantes.

—Que sucede, estoy tratando de trabajar...

Se quedó callado, su expresión denotaba su molestia. Con el ceño fruncido y dientes apretados, toma del brazo a Jaejoong—Que significa esto, que haces aquí.

En ese momento una mujer lo llama...

—Querido, no olvides que tendremos amigos invitados esta noche, que prefieres para la cena...

...

Jaejoong la mira, ella lo mira—Quien es ese muchacho.

—Soy su...

—Es mi primo, del sur...(Se adelanta en hablar)

La nana muerde su lengua para no escupirlo.

Jaejoong se acerca a ella, quería gritarle en su cara que es su esposo, pero al ver su vientre, el cual ella continuamente acaricia, se contuvo, sonríe—Vine a quedarme un tiempo con mi querido primo (indica) ella es mi nana. Mirando a Yunho—Envíe un mensaje avisando mi llegada, (vuelve a sonreír) donde está mi cuarto, el de mi nana y mi cochero?

—No te pases de listo, dice el capitán...

Jaejoong—También estoy feliz de verte, primo (tono sarcástico)

La sirvienta de antes, los guía a las habitaciones de huéspedes...La nana y el cochero fueron llevadas a los cuartos de la servidumbre.

Cuando estuvo solo en la habitación, respiró profundamente...como dejando escapar su alma.

Más tarde Jaejoong ríe, al escuchar las quejas de la nana. Compartirá cuarto con el cochero, piensan que son un matrimonio.

—Y si quiere aprovecharse de mi virtud?

Jaejoong vuelve a reír—Nana solo tu puedes hacer que ría en este momento.

Ella sonríe y acaricia el cabello de su señorito—Pronto le avisarán para que baje a cenar, arréglese y demuestre a todos esos cretinos, quien es el señorito Kim Jaejoong.

Y como lo había dicho la nana, todos los que estaban en la mesa, se quedaron atónitos cuando lo vieron bajar por las escalas. Yunho lo miró de reojo, mantiene el ceño fruncido. Más cuando el centro de las miradas y la conversación fueron dedicadas toda la noche al señorito Kim.

La mujer habla al capitán—Hay algo en él, en tu primo que no me gusta, espero que no se quede por mucho tiempo.

—No te preocupes, querida, yo me encargaré.

Esa noche, cuando todos ya se han ido...

Ella besa a Yunho—Te estaré esperando, cariño. Alza una ceja y mira a Jaejoong, buenas noches.

Buenas noches, contesta él, esbozando una forzada sonrisa.

El capitán fue al despacho, Jaejoong lo siguió.

—A que está jugando, señorito Kim.

—¡Soy tu esposo!

Yunho cierra la puerta y lo toma con brusquedad del brazo.

—Dime que quieres...

—Quiero lo que es mío.

Yunho comienza a reír, para luego exigirle que se largue en la mañana.

Ahora, si me disculpas, mi esposa me espera.

...

—¡Tu esposo soy yo!

—Solo por un papel que firmamos, solo eso...mi esposa real es ella, a ella le hago el amor cada noche.  Ella me dará lo que tú nunca podrías darme.

Jaejoong alzó su mano y lo abofeteó tan fuerte que el rostro del capitán se desfiguró de rabia. Empuño su mano, pero se contuvo, castigará a Jaejoong de otro modo.

Al poco rato de volver a la habitación, escuchó gemidos...jadeos que se hacían cada vez más fuertes. Dicen que la curiosidad mató al gato, está vez la curiosidad destrozó una vez más el corazón de Jaejoong, vio al capitán montado en la mujer, empujándola con total frenesí.

A la mañana siguiente, incluso antes del amanecer, Jaejoong, la nana y el cochero abandonaron la mansión Jung.

Juró por todo lo más sagrado que el capitán Jung Yunho algún día caerá a sus pies, no sabe como ni cuando...pero si es necesario apostará su propia dignidad para conseguirlo.



EL LARGO CAMINO HACIA EL AMOR 5

 Algunos días después..

Jaejoong empeñó un anillo, con ese dinero pagó un mes adelantado de arriendo.

Es una usura, decía la nana, cobrar tanto por una casa que se está cayendo a pedazos. Se lamenta, empeñar una joya tan valiosa en una miseria.

Pero no estaban en situación de exigir más.

La tensión sigue latente, pero están en tregua por eso el toque de queda no corre en esos días. De todas maneras hay soldados en cada punto de la ciudad.

Jaejoong sale a caminar en las noches. Lo que más abundan en ese barrio, son los burdeles y los bares. Entonces no es de extrañar ver a las parejas en las esquinas entregándose al deseo...Constantemente los borrachos son expulsados de los bares, gritando groserías.

El señorito Jaejoong había sido educado de manera particular, un hermoso pasivo, un uke con modales refinados. Más hermoso que una princesa y más delicado que una flor.

Mientras recorre a lo largo de la calle...

Las muchachas, se asoman a las ventanas mostrando sus tentaciones, ríen...Los hombres siempre caen en el anzuelo, entran al burdel y al rato salen felices pero sin ningún centavo en los bolsillos.

Mira el cielo, el humo de la pólvora permanece mezclado con las nubes grises. Pronto caerá un diluvio, había dicho la nana...Camina toda la noche, deteniéndose a ratos, tratando de pasar inadvertido, sube el cuello de su abrigo.

La nana, hace lo que mejor sabe, maldecir. El cretino que tiene por esposo debería darle su parte, es lo justo, decía...Un día se presentó en la casa del capitán, ella estaba decidida a escupirle la cara y exigir lo que por derecho le pertenece a su señorito. El capitán la intimidó con su mirada fría...no fue grosero pero su porte y actitud inhiben a cualquiera. Le mostró los documentos que ambos firmaron, sonríe de medio lado, Jaejoong había firmado no solo los papeles de matrimonio, también un papel anexo en el cual renunciaba a cualquier derecho, recompensa, bienes materiales o dinero.

La nana respiró profundamente—capitán Jung, un día usted...se arrepentirá y quiero estar presente cuando mi niño le patee el culo.

Diciendo aquellas cálidas palabras salió de la mansión.

—Maldito cretino, algún día lo castraré, que Dios me de vida y salud.

No dijo a Jaejoong que había ido a ver al capitán, quiso evitarle una angustia más.

Ocurrió que...

En una de esas caminatas nocturnas, hubo una revuelta, los policías llevaban a cualquier persona que resultara sospechosa. Jaejoong retrocedió. Una muchacha lo agarró del brazo y lo arrastró hasta el burdel. El contraste era realmente abismante, afuera se desataba una pequeña guerrilla y adentro del burdel era otro mundo, risas, cantos...bailes y mucha sensualidad.

—Te he visto rondar todas las noches. Dice la mujer, maquillada de manera exagerada

—Sígueme (dice)

Jaejoong se quedó quieto, ella vuelve a insistir—prefieres beber o tener sexo con alguna de mis chicas.

Jaejoong siguió a la mujer, hasta los vestidores, se sorprendió cuando ella se quitó la peluca y las pestañas postizas...

—¡Eres! (carraspea) un hombre.

—Ya lo sé...

—Pero...

El hombre sonríe—te asombraría saber que a la mayoría de los caballeros prefieren mujeres con una sorpresa entre sus piernas.

Ríe ante la cara de asombro de Jaejoong...

—No eres de aquí, se nota, eres un señorito que perdió su fortuna.

Jaejoong no contesta, mientras toca las suaves plumas de un atuendo rojo.

—Algo buscas, todos buscamos algo...amor, venganza. Cual buscas tú?

Jaejoong lo mira pero se mantiene callado.

—Adivinaré, tu vida fue maravillosa hasta que conociste a una persona que pisoteó tus ilusiones, correcto?

Jaejoong lo miró sorprendido.

El hombre ríe—Es la historia universal, querido, el amor y el desamor. Entonces que buscar, amor o venganza.

Jaejoong—Me tengo que ir...

—Siempre escapas?

—No me conoces en absoluto.

—Créeme, querido, yo era como tú, pero, la vida no está hecha para débiles. Menos en estos tiempos.

Jaejoong mira todo el lugar, parece que les va muy bien.

Las muchachas fijan su tarifa, dice el hombre, obvio que tengo un porcentaje, pero si quieren algo más intenso, los caballeros deben desembolsar más dinero, es un buen negocio, si es que no tienen escrúpulos y la dignidad se quedó en algún lugar del camino.

—Eres muy joven...

—Mi abuela me heredó este paraíso, fue la mejor cortesana de la que se tiene memoria, es lo que solía decir con orgullo.

Jaejoong hace una mueca, cuando se dispone a salir, retrocedió, ve llegar al capitán.

—Es el capitán Jung, un asiduo visitante... tiene una favorita (indica) ves? ya se van a una habitación. Es un excelente amante, los chillidos de las muchachas se escuchan en cada rincón del burdel...Estás pálido, lo conoces...?

—Hablas demasiado...

—Solo cuando no tengo nada en la boca...(ríe)

El muchacho toma la peluca...antes de colocársela, mira a Jaejoong—me llamo Heechul, pero todos me llaman simplemente Chul. Se coloca la peluca y las pestañas postizas, algo de brillo en los labios...realmente hermosa. Sonríe, también me llaman de otras maneras.

Cuando Jaejoong está por salir. Heechul habla...

—Al capitán le gusta fanfarronear sobre sus conquistas femeninas...seria bueno que un hermoso uke le bajara los humos.

Jaejoong lo mira—por qué haría tal cosa, a mi que me importa lo que haga ese idiota.

Heechul sonríe—puedes engañar a los demás, a mi no.

Jaejoong frunce el ceño, Heechul ríe—digamos que te creo, pero de todos modos ganaríamos los dos, ya te veo con un hermoso vestido ajustado, los caballeros pagarían sumas elevadas por una mirada tuya. Si decides aceptar mi oferta, ya sabes el camino. Pero, una vez aquí dentro ya no habrá vuelta atrás.

Otro muchacho se acerca a Heechul, lo ven alejarse—Por qué insistes.

—Reconozco una mina de oro cuando la veo.

—Crees que regresará?

—Volverá, y lo convertiré en la cortesana más deseada de la región. (ríe con entusiasmo) seré millonaria, digo, millonario.

Mientras Jaejoong dio una última mirada hacia el balcón del burdel, en alguna de esas habitaciones, su marido se complace con otra.

Puede el odio ser tan profundo como fue su amor...?

Cuando llegó a la casa, la nana y el cochero estaban en la calle, hacía frío y comenzaba a llover.

El dueño de la casa, los expulsó a la calle. Jaejoong lo buscó y reclamó, había pagado todo un mes por adelantado, pero el sujeto dice que si no le pagan otro mes, se quedarán sin techo en esa fría noche de invierno.

—Deme las llaves, nuestras cosas están adentro.

—Se quedarán como pago por las molestias...

—Molestias, molestias? (repite la Nana)., hijo de su...

En ese momento Jaejoong lo tomó del cuello y azotó contra la muralla—las llaves, las quiero ahora.

Estaba tan molesto, con el mundo, con el capitán, consigo mismo...

Al rato

—Y si regresamos al pueblo? De todos modos esta casa no me agrada, mire, ya comienzan a crecer árboles en las paredes.

Jaejoong respira hondo, la mira—tengo que salir ahora, cierra bien la puerta.

La nana sonríe, al sujeto no le quedarán deseos de volver a molestar.

—Donde va, es ya de madrugada.

Cuando regrese, nada volverá a ser igual.

Al poco tiempo...

Se comenzó a hablar de una bella cortesana que es dueña de la voluntad de todo aquel caballero que la mira...Una hermosa mujer que sabe de artes, escritura, poesía...canto. Y, una maestra en las artes amatorias.

El capitán Jung Yunho, había abordado su navío,  en una misión. Pero incluso en esas lejanías la fama de la cortesana llegó a sus oídos.




EL LARGO CAMINO HACIA EL AMOR 6

 Amada y odiada, la cortesana es como una flor de loto...que embellece todo a su paso, aunque la guerra siempre signifique desolación, ella es un respiro, fresca como una suave gota de rocío.

En las mañanas es una dama que engalana con su presencia los actos dominicales, las más conservadoras han querido expulsarla de la iglesia, pero el cura respira hondo y casi voz ronca advierte que toda criatura merece el perdón del divino creador. La cortesana se arrodilla ante el altar y parece un ángel, junta sus manos en señal de oración, mientras los demás fieles tragan saliva ante tal belleza. Invita al pecado en la misma cada del señor. Su vestido de celeste pálido la asemeja a una virgen pura, cuando baja del altar y sale de la iglesia. Más de alguno tropieza cuando ella le dedica una mirada y una leve sonrisa.

En las noches, su vestido es rojo perlado, también sus labios, ya no es una virgen, es un demonio en busca de placer. Una fila de caballeros se ofrecen de buena gana, desembolsando todo su dinero, incluso apuestan hasta sus almas.

Heechul no puede estar más feliz, cuenta el dinero a manos llenas, mira hacia una de las habitaciones, sonríe de medio lado.

Mientras los que perdieron su oportunidad, esperan con pesar a la noche siguiente.

El caballero elegido, se despoja rápidamente de sus vestiduras, es un connotado político, padre de familia y honrado hombre de fe...La cortesana sonríe, poco a poco se quita una prenda, luego otra...juega con las cintas de su corsé...hace movimientos sensuales, ondulando sus caderas...sirve un trago, al cual unas gotitas mágicas dejarán al amante de turno soñando cosas pecaminosas y al día siguiente asegurará que tuvo la noche más caliente de su vida.

A los caballeros les gusta presumir sobre su virilidad.

La nana peina la larga cabellera de una peluca color castaño con reflejos rojizos, que contrastan con su piel blanca.

Jaejoong toca la suave tela de su atuendo rojo, huele a humo de cigarrillos.

Prepararé una deliciosa cena, dice la nana fingiendo entusiasmo. Jaejoong niega con la cabeza—iré a quitarme este olor a tabaco.

Luego en la tina, con brusquedad pasa una esponja sobre su piel, limpia con rabia sus labios...Aunque ha mantenido a los caballeros fuera de la cama y ninguno lo ha alcanzado a tocarlo más íntimamente, más de alguna vez tuvo que besarlos. Siente asco, juró no llorar. Pero, un día tuvo la ilusión que sus labios castos solo fueran para el chiquillo del cual estaba enamorado.

Respira profundamente, ya no hay vuelta atrás.

Se formó un comité de mujeres cuyo único objetivo era cerrar el burdel y con ella expulsar a las pecaminosas cortesanas. Pero el alcalde hizo oídos sordos ante sus reclamos, entonces fueron a hablar con el sacerdote, quien  prometió hablar con las impuras mujeres. Pero las alegres cortesanas le sacaron algo más que una bendición.

Ocurrió que un barco atracó en el muelle y con ello muchos marinos sedientos de lujuria.

Heechul ríe, los marinos suelen gastar hasta el último centavo de sus salarios. Pero ningún marino está a la altura de tan bella cortesana. Las demás muchachas comienzan a ver con envidia el favoritismo de los caballeros adinerados por lady Jeyuna.

En una de esas noches de espesa neblina, el barco del capitán Jung atraca también en el muelle.

Su "esposa" lo espera con entusiasmo, la sirvienta había preparado el platillo favorito de Yunho, y luego ella espera una noche apasionada, pero está en sus últimas semanas de embarazo y su flatulencia no ayuda mucho a incentivar el deseo en el capitán. No puede dormir, mientras ella duerme como un lirón. Él necesita liberar tanta carga sexual que no pudo satisfacer con ninguna prostituta de otros puertos.

Mientras...

Dos caballeros se disputan los favores de la cortesana...Incluso se habló de un duelo, Heechul sonríe, hizo algo más inteligente y civilizado, según él. Todo caballero que esa noche necesite de los "servicios" de lady Jeyuna...Tendrá que participar en una especie de subasta, el caballero que desembolse más dinero se quedará con tan preciada prenda toda la noche.

Mientras los marinos llenan las habitaciones y Heechul sus bolsillos. Un coro de gemidos parecen cantos angelicales a sus oídos, si seguimos así, dice, podré retirarme y viajar, quien dice que encuentre a un millonario mercante, o un teniente...merezco eso y más.

Estás listo?...pregunta a Jaejoong, este se coloca la peluca—lista.

—Así es, la transformación debe ser absoluta, ahora eres lady Jeyuna, la cortesana más deseada de la región. Además para cuando regrese cierto capitán, estarás bien preparada para darle donde más le duele...su orgullo.

Heechul conoce toda la historia, la nana con unas copitas de más se fue de lengua...desde entonces empatizó más con la causa de Jaejoong.

Mientras la cortesana deleita a los presentes con una sensual danza, con velos que agita como si fueran alas celestiales, dejando al descubierto su vientre, un caballero llega y se sienta en un rincón poco iluminado, mira con atención los movimientos casi hipnóticos de la belleza que se ofrece al mejor postor. Había escuchado hablar sobre las bondades de la dama que baila al centro de la pista, todos hablaban de su belleza y ese aura casi angelical. El capitán la observa y en cada pestañeo le parece más atractiva, tentadora, todo lo dicho es cierto y más. Pero hay algo en ella, ese halo misterioso que la hace más atractiva, el capitán se propuso descubrir que hay detrás de esa estela de misterio.

Sonríe de medio lado.

Luego la música dejó de sonar y comienza la subasta...Los dos caballeros ofrecieron sus mejores ofertas...Cuando Heechul va a dar un ganador, el caballero que permanece entre penumbras ofreció una cantidad que superaba ampliamente lo imaginado.

Heechul ríe—vendida al caballero...puede dar un paso hacia adelante?...

(Se quedó brevemente sorprendido, tragó saliva y habló)

—Capitán Jung Yunho...

Jaejoong sintió que caía en un remolino, sintió mareos y sus manos temblaron de frío., no se sentía preparado en ese momento, toda su seguridad está tambaleando, se supone que no llegaría aun al puerto, pero allí estaba frente a él con esa mirada y esa leve sonrisa curvando sus labios, tan engreído.  Entonces (Jaejoong) respiró hondo y lo miro con soberbia, alzó la mirada...lo desafió, con una coquetería que hizo al capitán querer tumbarla sobre la mesa del bar y demostrarle como ama un hombre de verdad.



PLENILUNIO 13

Pacto de Lobos Junsu permanece en silencio, mirando de reojo al hombre que lo ayudó. —Tuviste suerte, muchacho, que yo pasara por esa calle,...