Yunho está consternado, las palabras de su padre se repiten en su mente una y otra vez. Se ha quedado sin palabras, derrumbado, vagando entre sus sentimientos y la lealtad.
El líder Jung, aprovecha esa debilidad.
—Unirse a Jaejoong sería considerada una traición. —dijo.
Yunho alzó la mirada.
—¿Dónde crees que ha estado estos últimos cinco años? Puedes adivinarlo. Piensas que soy un despiadado, pero cuando se fue de este territorio, lo envié a seguir... estaba preocupado por su seguridad. De todos modos era hijo de una de los nuestros. Finalmente, se unió al clan de Jeong, su tío. ¿No te parece, por decir, extraño que justo ahora se aparezca? Seguro, ese traidor de Jeong, está planeando algo.
Yunho niega con la cabeza.
—Jaejoong no es como su tío.
—Lleva la misma herencia traicionera. Si te unes a él, ¿podrás mirarlo cada día, y cada noche sin negar que su sangre está manchada?.
—¡Qué hago con esto que siento! —gritó apretando los puños, dejándose caer al suelo.
—El apasionamiento se apaga con otro fuego —contestó el líder Jung.
Comenzaba a amanecer cuando subió a la camioneta y condujo hasta el sitio de la cita. Faltaban aún algunas horas, pero no pudo esperar sin hacer nada.
Mientras...
Jaejoong tampoco puede dormir... revisó su guardarropa. Quiere dejar impresionado a Yunho cuando se encuentren.
—Cuanta coquetería, dijo Yoochun bostezando.
—Lo siento, ¿Te desperté?
—Tampoco puedo dormir, ¿Ansioso?
—¿Tanto se nota?, contestó sonriendo.
Yoochun se quedó en silencio por un momento, luego respiró profundamente.
—Sabes que tienes mi apoyo, en todo. Pero también debes saber que las novelas son solo eso, la realidad suele ser más cruda. ¿Bastará el amor?
Jaejoong respiró profundamente.
—Si él me ama como yo a él, juntos podremos. Es el destino.
—Como sea, joven enamorado, tienes mi apoyo y si alguna vez ese tal cachorro te lastima, me encargaré de hacérselo pagar, dijo Yoochun bostezando.
Jaejoong sonríe, está seguro que el amor es suficiente para librar toda prueba, que seguro tendrán que enfrentar.
Y esa mañana, Jaejoong condujo hasta el bosque mientras tararea una canción. Su corazón latió más rápido cuando vio la camioneta de Yunho estacionada a una orilla. Caminó adentrándose en el bosque. Lo vio sentado en un tronco, trituraba una rama y mantenía el ceño fruncido.
Inmediatamente, Jaejoong supo que algo no estaba bien.
Cuando quiso acercarse...
Yunho lo detuvo...
—No des un paso más.
—¿Tan grave es?, puedo darme cuenta de que algo te sucede.
Yunho tiró la rama al suelo. Aprieta los puños.
—Ya no te veré. —dijo en voz baja.
Jaejoong respiró profundamente...no era lo que esperaba escuchar.
—Repite lo que acabas de decir, mirándome a los ojos.
—No puedo —contestó Yunho.
—¿Por qué?, insistió...
—Tú y yo no podemos estar juntos.
—¿Es tu decisión? —preguntó, Jaejoong.
Yunho hizo una mueca y resopló.
—Son las circunstancias.
—Voy entendiendo...
—No lo creo.
—Entonces que esperas para decirlo. Esto nos involucra a los dos.
—No me hagas decirlo.
—Estás terminando, necesito una buena razón. Y no es que te quiera retener, solo quiero comprender tu fácil manera de cambiar de opinión.
Yunho se puso de pie, respiró profundamente... el aroma de Jaejoong es tan excitante. Pero se contuvo.
—¿Qué sabes de Jeong?
Jaejoong alzó una ceja, le pareció una pregunta extraña, en medio de una relación que recién empezaba y que ahora estaba terminando, de todos modos, respondió.
—Yo era muy pequeño cuando él se fue del campamento. No tengo mayores recuerdos, hasta que mi madre me habló de un tío, hermano de mi padre que vive en la ciudad. De Jeong casi no hablaba.
—¿Lo fuiste a buscar?
—Mi madre quiso que buscara al familiar de mi padre, lo encontré, pero me dio con la puerta en las narices. Fue cuando Jeong se cruzó en mi camino.
Yunho alza una ceja, su mirada es fría.
Jaejoong continuó...
—Él me apoyó en el momento en que todos me dieron la espalda. Tuve mucha suerte al encontrarlo.
Yunho frunce el ceño...
Jaejoong sigue sin comprender.
—Pero que tiene que ver, ahora, mi tío con nosotros. No me digas que se enteró y te está amenazando.
Yunho ríe...
—Amenazarme a mí, ¿ese cobarde?
Jaejoong se acercó demasiado, tanto que Yunho perdió el control y para no agarrarlo y tumbarlo en el suelo y hacer lo que estaba deseando. Lo empujó con brusquedad alejándolo.
Jaejoong se molestó...
—¡Qué te pasa idiota! ¿Crees que me detendré? Si quieres que me aleje dame una maldita razón. Que tiene que ver mi tío en tu absurda búsqueda de una razón.
Yunho dio una zancada y lo agarró de los brazos, lo olfateó... cerró los ojos y respiró profundamente, pero nuevamente lo alejó.
Jaejoong respiró hondo... Trató de comprender.
—Qué te pasa, cachorro, puedo sentir tu angustia... estás luchando contra tus sentimientos. Podemos superar cualquier cosa estando juntos. No permitamos que por tradiciones antiguas y tontas nos separen...
Yunho lo miró molesto.
—Las tradiciones no son tontas, deberías mostrar más respeto, pero supongo que la convivencia con Jeong te ha enseñado erróneamente el significado de dignidad y honor—dijo Yunho frunciendo el ceño.
Jaejoong alza las cejas.
—Entonces es por mi sangre, según tu padre, impura. Tan digno el señor Jung (cierto tono irónico)
—¡No quiero estar contigo! —gritó Yunho. —Llevas la sangre ¡del asesino de mi madre!.
Jaejoong se quedó tan sorprendido que no pudo decir nada.
Yunho lo amenazó...
—Te advierto, no se atrevan a volver a estas tierras...de lo contrario haré pagar al maldito Jeong. Y si te interpones, olvidaré que compartimos una noche.
—Me amenazas y luego me denigras ¿Compartimos una noche? Se supone que somos pareja, compañeros destinados. —corrigió Jaejoong.
Yunho respiró profundamente, para luego esbozar una sonrisa.
—Muéstrame la marca, no recuerdo haberte reclamado. Deja de fantasear.
Después retrocedió y se marchó sin mirar hacia atrás.
En ese momento, Yunho decidió darle la espalda a su compañero, pero su lucha interna no será nada fácil., pero no imposible; Jaejoong no lleva su marca.
Más tarde
Jeong estaba en el despacho, con un invitado, había ordenado no ser molestados.
Jaejoong caminó directamente hacia la escalera, Yoochun lo vio y se dio cuenta inmediatamente que la tal cita no salió como lo había esperado.
—Qué sucedió —preguntó tomándolo del brazo, Jaejoong, estaba visiblemente alterado.
—Necesito hablar con Jeong.
—No creo que sea prudente hablar ahora, primero cálmate. —recomendó Yoochun.
Jaejoong sin mirarlo, se suelta de su agarre.—No intervengas.
Dos hombres estaban resguardando la puerta, Yoochun les hizo una seña para que lo dejaran pasar.
—Despide a tu visita, dijo Jaejoong, tenemos que hablar.
Jeong hizo una mueca.
—Esos son los modales que...
—No me hables de modales... precisamente tú.
El hombre que estaba sentado de espalda, se pone de pie y voltea...
Jaejoong rueda los ojos, era el cazador, el hombre, al cual Yunho le dio una paliza. Al parecer no lo reconoció.
El hombre se despide de Jeong, diciendo que volverá para terminar de hablar sobre "Aquel asunto" Mira de reojo a Jaejoong.
Luego
—¡Me has avergonzado!, recrimina Jeong.
Jaejoong se mofa...
—Tu amigo está lejos de ser un caballero. Pero no vine a hablar de ese sujeto.
—Espero que sea importante, no dejaré pasar esta falta... Yo...
Jaejoong lo interrumpe.
—¿Fuiste tú?
Jeong alza una ceja.
—No tengo tiempo para adivinanzas.
—Tuviste algo que ver... ¿¡Con la muerte de la esposa del líder Jung!?
Jeong se quedó sin brillos en los ojos por algunos segundos, su expresión cambió radicalmente.
Jaejoong insiste...
—¡Responde!, ¿tú la asesinaste!?
Jeong respiró profundamente... apretó sus puños
—Yo la amaba.
Jaejoong se sorprendió.
Jeong siguió hablando —Éramos muy jóvenes, fuimos novios antes que conociera a Jung...
—¿Hablas en serio? Si la amabas ¿Por qué la lastimaste? Adivino que fue por celos. —dijo Jaejoong.
—Él me la arrebató, aprovechó mi ausencia. Cuando volví ya se habían comprometido... Estaba loco de celos, es cierto, pero yo no tengo nada que ver. Seré un desgraciado en muchos aspectos, pero a ella jamás la lastimé, la amaba demasiado.—contestó Jeong.
Jaejoong tratando de creerle —Entonces por qué el líder Jung dice lo contrario.
Jeong resopla. —Ese imbécil siempre puso su propio beneficio antes que todo. Incluso a su esposa.
Jaejoong no comprende.
—Soo... Es el único culpable y Jung lo sabe.
Jaejoong subió a su habitación, se sentó al borde de la cama y no tuvo que pensarlo mucho... con una mochila al hombro salió de la propiedad.
Yoochun trató de evitar que se fuera.
—Todos son despreciables. —dijo.
—Eso lo sabemos, pero que harás —preguntó Yoochun —vamos a hablar y tal vez...
Jaejoong negó con la cabeza. No hay nada de que hablar.
—¿Regresarás al clan Jung?
Jaejoong ríe ante esa pregunta, luego respira profundamente.
—No, no volveré... Tampoco regresaré aquí.
—Todo esto tiene que ver con tu cita, ¿verdad?, algo sucedió.
—La vida no es como las novelas, esbozó una sonrisa. Ni él ni yo somos el uno para el otro. Supongo que mi cariño de la niñez la confundí con algo que no fue más que una ilusión, Yunho me hizo volver a la realidad.
—Qué harás entonces., no puedo permitir que andes por ahí errante., dijo con preocupación Yoochun.
Jaejoong lo abraza.
—Gracias por ser mi amigo, pero esto es algo que debo hacer solo.
—Qué harás.
—Buscaré mi propia identidad. Sé que algo me espera.
Yoochun respira profundamente, le devuelve el abrazo.
—Sabes donde encontrarme.
Yoochun le pasó las llaves de su camioneta y no aceptó una negativa.
Jaejoong condujo toda la noche hasta la ciudad. Y aunque la desilusión es profunda... siente que algo importante cambiará su vida.
...