"El mundo estaba en llamas y nadie podía salvarme más que tú. Es extraño lo que la gente tonta hace por el deseo. Que juego perverso para jugar, para hacerme sentir de esta manera, qué cosa perversa para hacer que me permita soñar contigo..."
En ese momento no necesita nada más que sentirse de ese modo. Su cuerpo duro, caliente...y deseoso, es tan real como lo que está sintiendo. Tomó sus caderas, empujó hasta el delirio. Te espero cada noche, logró decir...jadeante...su voz fue callada con un ardiente beso. Necesito tenerte, no solo en mis sueños...es una súplica., de un hombre que está perdiendo la razón.
Respiró profundamente, abrió los ojos y su mundo comenzar a girar vertiginosamente, luego como si todo hubiese quedado en completo silencio y detenido por un segundo, contempló la maravillosa visión nadando en el arroyo. El muchacho sacude su cabello y miles de gotitas de agua se fusionaron con el resplandor de la luna.
Dios debe amarte mucho, dijo, porque eres su creación más hermosa. Algo muy dentro, algo oculto desde los albores del tiempo...lo reconoce.
Te siento y sin embargo temo que sea solo una ilusión. Un delirio. Debo vivir entre la locura de mis sueños, y hacer de mi realidad una eterna tortura?
Vio esa sonrisa seductora, cerró los ojos sintiendo las agradables sensaciones que el placer puede dar.
Despertó en su habitación, no recuerda cómo llegó...Maldice y golpea el colchón, se levanta, moja su cara y mira en el espejo—Que maldito juego es este.
"Que juego perverso para jugar, para hacerme sentir de esta manera, qué cosa perversa para hacer que me permite soñar contigo..."
Necesita respuestas pero donde buscarlas...
Aquel fue un largo día...
Changmin golpea su espalda—Debes buscar, donde todo comenzó.
Por qué me dices eso, ahora...
Porque tienes cara de haber perdido algo.
Yunho alza una ceja, ilusión o desquicio, lo averiguará.
Salió de madrugada, montado en su brioso caballo, cabalgó sin detenerse, de frente dejando que el destino lo guie, ese mismo camino lo llevó hasta las puertas del monasterio, que ahora estaba reducido a cenizas.
Caminó entre los escombros, adivinando y formando en su cabeza, una escena, de lo sucedido.
Fue una noche de tormenta, las puertas y ventanas se abrieron de par en par...los candelabros cayeron al suelo y las llamas de las velas se aferraron a las cortinas. Como lenguas aterradoras devoraron todo a su paso. Incluso las sotanas de los sacerdotes fueron abrazadas y sus lamentos solo lo escuchan quienes al igual que ellos cayeron bajo la condena infernal.
Vagó por dos días, dejando que nuevamente el destino guíe su camino, finalmente este, lo llevó de regreso.
Escuchó a su padre dando gritos de ofuscación.
Donde demonios has estado...dijo frunciendo el ceño, cuando vio a su hijo.
—Tengo una terrible jaqueca (contesta, Yunho, masajeando sus sienes)
Supongo que esa resaca se la debes a los favores de alguna señorita, es difícil decir que no cuando la fruta cae sola.
Yunho no escucha a su padre., sus sueños lo están llevando a la locura.
Sentirse "deseoso" de algo que existe solo en sus sueños. Al punto de querer tumbarse en la cama, cerrar los ojos y esperar que el sueño acuda. Respira hondo, en algún lugar debe existir un muchacho como el de sus sueños. Apasionado y misterioso. De mirada fría, carismático, pero ardiente cuando ama. Sueños tan reales que incluso puede sentir como su piel se calienta con el leve toque de su blanca mano. Sus labios, el sabor de su boca, la textura de su piel...sus deliciosos gemidos.
"Que juego perverso para jugar, para hacerme sentir de esta manera, qué cosa perversa para hacer que me permita soñar contigo..."
Niega con la cabeza, es muy temprano, y el día recién comienza.
Supongo, también que no te has enterado de los últimos acontecimientos., dijo su padre.
Yunho alza una ceja—Por qué tan alterado...
Esas dos idiotas no son dueñas de nada...ni de la mansión ni de las tierras, resulta que apareció el verdadero dueño ¡Demonios!
El señor Jung lo mira con el ceño fruncido, no dices nada?
Yunho hace una mueca—Eso cambia muchas cosas...
El señor Jung respira hondo para no perder el control—Todo debe seguir según lo planeado. Se trata de un futuro fabuloso. Hijo mío (lo mira) eres nuestro hijo porque así lo decidimos, te escogimos a ti de entre muchos niños. (Palmotea su hombro) es bueno que lo recuerdes.
Yunho hace una mueca—Esas tierras tienen un dueño legítimo. Y no querrá cedértelas (leve sonrisa irónica)
El señor Jung sonríe de medio lado, con más cinismo, los accidentes (piensa) suelen pasar todo el tiempo.
Pasaron algunos días.
Yunho se ocupa de los asuntos de la empresa familiar, bastante rentable...y bajo su administración, la fortuna aumentó. Su padre se ocupa de finanzas, cuentas... todo lo que tenga que ver con dinero. Finalmente la familia "Jung" es una de las más acaudaladas de la región. Sin embargo no parece ser suficiente para el señor Jung.
Yunho sabe o sospecha que su padre quiere las tierras vecinas, solo por un sentimiento mezquino, alguna venganza...algo no resuelto. Si bien es una fuente formidable, hay algo oculto. Niega con la cabeza, es mejor dejar de pensar tantas tonterías. El único sentimiento del hombre mayor, es la codicia.
Subió a su cuarto, esperando descansar y tal vez tener una noche de fantasía...pero el sueño no acudió, y poco a poco todo se volvió brumas, como si todo hubiera sido solo eso...un sueño.
Y despertó con esa sensación, cuando un sueño se desvanece dejando una estela de inquietud.
En el bar que frecuenta.
No conoces, aún, a tu vecino? Pregunta Changmin.
Yunho hace una mueca—No me interesa.
—Pero a tu padre sí.
—Insiste en casarme con Yutha. El único interés, de mi padre, son esas las tierras.
Dicen que el dueño, es un hombre misterioso...ya se tejen historias en torno a él, dice Changmin.
Yunho respira hondo—La gente, cuando ignora algo...lo inventa.
Chanmgin sonríe.
—Y entonces, sigues persiguiendo un sueño?
—Ya no sueño...da igual, era una pesadilla.
Changmin alza una ceja, y mientras toma un sorbo de su vaso...piensa.
Yunho hace una mueca—Qué tanto piensas, dilo, estaba completamente loco.
Changmin—Todos tenemos algo de desquiciados, es el ingrediente que da sabor a la vida, amigo mío.
No te burles.
No me burlo, todo tiene un significado que tarde o temprano descifrarás.
Yunho lo mira—No sé cuando hablas en serio o cuando me tomas el pelo. De todos modos, murmura dejé de soñar.
Changmin alza una copa—Bienvenido a la realidad.
Buenos días señorito, dice la Nana corriendo las cortinas y abriendo las puertas de las ventanas de par en par—Le preparé el desayuno, digno de un rey (lo mira de reojo) Desde que llegó la gente no deja de hablar de usted, suponen tantas cosas...dicen esto y aquello. Están curiosos de conocerlo.
La Nana sigue hablando—Su madre era tan bella, tan piadosa. Amó intensamente, usted se le parece mucho (Carraspea) Usted, está muy pálido (se persigna) tal vez deba dejar su alma quieta.
La gente teme lo que ignora.
Jaejoong sonríe de medio lado, no le dirá que sucede en esos viajes astrales, en donde su alma abandona su cuerpo para encontrarse con la tentación.
—Tenga cuidado, señorito, no sea que un demonio quiera tomar su cuerpo, Dios bendito, (dice persignándose otra vez)
Jaejoong la mira—No te preocupes, Nana, dejé mi alma quieta...por un tiempo.
Eso me parece bien, agrega la Nana, "ellos" buscarán cualquier debilidad para entrar y poder atacar.
Mientras en la sala
Yutha y su madre Boah miran hacia el cuarto, hacen tantos gestos que sus rostros se deforman.
Esa tarde Yutha visitó la mansión Jung...Se abrazó a Yunho, se aferró a él, lloriqueando, contando sus desventuras.
Yunho tomó sus brazos y la sentó, para luego ofrecerle un vaso de agua—Tranquilízate.
—Oh Yunho que debo hacer, es un hombre horrible, vil y arrogante.
La señora Jung bordando un pañuelo, agrega—También he escuchado rumores sobre su personalidad, nada sociable. Y, dicen que gusta salir en noches tormentosas.
Yutha—Te das cuenta? Todos en el pueblo hablan de él. No exagero cuando digo que es un hombre, extraño, frio, tanto que su mirada me congela.
Es un individuo peligroso, dijo el señor Jung que llegaba— También escuché rumores, nada favorables sobre su conducta.
Yunho rueda los ojos—Mi padre, dejándose llevar por rumores de gente ociosa?
El señor Jung hace una mueca—No negarás que despierta curiosidad, como sea, nadie sabe dónde estuvo ni que hizo con su vida hasta ahora, lo más probable es que sea un delincuente o un libertino. Incluso, dudo que sea realmente quien dice ser.
Yunho rueda los ojos., sabe que su padre no se detendrá, que comenzará una persecución infame. Sin conocerlo, ya le declaró la guerra, todo movido por la avaricia.
El señor Jung—No te preocupes, hija, cuando te cases con Yunho, nos beneficiará a todos., digo, la felicidad de ustedes es la nuestra.
Yunho acompañó a Yutha de regreso a la mansión "Kim"...mira hacia los ventanales, clasifica como curiosidad la sensación misteriosa que recorre sus sentidos. Creyó ver una silueta en uno de los ventanales.
Ella se empina para besarle...
El ángel aprieta el puño...
Yunho siente que se ahoga, dio un paso hacia atrás y se marchó.
Yutha hizo una mueca, cuando entró vio a Jaejoong que estaba en el último escalón, la miraba. Ella sintió escalofríos, caminó y apuró el paso. Llegó a la habitación de Boah, esta alza una ceja—Estás fría como el mármol, que sucedió.
Ese sujeto, tu sobrino, me da mucho miedo., dijo acurrucándose al lado de su madre. Boah hace una mueca—No debes temer, pronto llegarán refuerzos (ríe como desquiciada) Yutha la mira, se encoje de hombros.
Al otro día...
La Nana rueda los ojos, un muchacho intenta mirar por los ventanales, trae consigo un canastillo.
—¡Que haces fisgoneando, tan temprano!
El muchacho lleva la mano a su pecho—Que susto me has dado, Nana.
Niño curioso, vete que nada se te perdió por aquí.
No seas mala, solo quiero ver al ángel o demonio...es lo que la gente dice y aunque algunos teman yo no.
La Nana respira hondo—Si no te vas, yo misma te convertiré en sapo.
El muchacho ríe.
Que tienes en ese canastillo...
La Nana y el muchacho voltean.
Señorito, necesita algo?
Jaejoong mira al muchacho e indica el canastillo.
Son frutos del bosque, dijo casi tartamudeando, yo, son para usted.
Jaejoong lo observa detenidamente.
Al rato, el muchacho de nombre Junsu comenzó a hablar y hablar—Yo mismo recolecto las frutas, si quiere un día de estos le enseño. Conozco el lugar exacto donde se dan más grandes y sabrosos., aunque debo internarme en el bosque no temo, soy muy valiente...si decide acompañarme yo lo protegeré. Las hadas suelen ser algo quisquilloso.
La Nana rueda los ojos.
Jaejoong sonríe...hadas?
El bosque tiene magia.
Junsu miró hacia el horizonte, ya debo irme...luego mira a Jaejoong—Vendrá al festival?
Festival?
Este año será especial...
Hace algunos años atrás, hubo una matanza cruel...justo en esta época del año...las curanderas fueron acusadas de brujería y llevadas a la hoguera...desde entonces los sacerdotes prohibieron esta festividad, pero este año será distinto. Por decreto real, el príncipe Jihan ordenó, pese a lo opuesto por el vaticano, que dicha celebración se lleve a cabo sin contratiempos, de modo que el pueblo pueda tener esparcimiento después de una prolongada agonía como la guerra.
La danza libera el alma...y la risa contagia un alma en pena.
Más que una ceremonia, es un ritual.
El fuego es el elemento sagrado. Habrá fogatas en todos los pueblos y valles vecinos. Los sacerdotes bendecirán la tierra, para que el próximo año sea buena la cosecha, y a las parejas comprometidas para que su descendencia sea numerosa (y de paso, puedan ofrecer a su primogénito a la iglesia).
Esa noche, algunas parejas se escapan al bosque, se inician. Así como la tierra se bendice para que el próximo año la cosecha sea abundante...las jóvenes parejas son bendecidas, por la energía de la luna, para que su descendencia sea numerosa, es una noche de amor, pasión y sexualidad.
Junsu sonrojado—Será una noche de muchos "actos prohibidos"
La Nana carraspea—Que te retiene, vete ya...mocoso.
Jaejoong sonríe, el amor y la pasión cuando son prohibidas, saben mejor.
Luego
Jaejoong abre un armario, sonríe, jugará un rato más...piensa acariciando la bata con la capucha blanca.
La Nana alza una ceja—Entonces, el momento ha llegado...Cuidado, señorito, él...puede despertar.
Jaejoong deja la bata sobre la cama—Es justo lo que espero., y así podré reconocerlo.
La Nana se persigna, que Dios nos ampare.
Esas brujas, dice, son torpes, pero puedan ser bastante molestas.
Jaejoong sin prestar mucha importancia—Cometerán errores, esa es su propia condena.
Usted vino a este mundo por una misión transcendental. Su madre lo sabía...
Jaejoong alza una ceja—Me cuestionas?
No, no, simplemente no quiero que caiga en la lujuria de ese hombre.
Te preocupas en vano, Nana. Dijo Jaejoong, convencido que el único hombre que puede despertar su pasión, es aquel jinete que un día conoció en el monasterio y a quien ha perseguido dentro de sus sueños.
Jaejoong mira la capucha. Él nunca lo ha tocado, realmente...
Ella mira un cofre, en su interior descansa una daga—Debe clavarla en el pecho de ese hombre, y todo el mal del mundo desaparecerá.
Después que todo haya acabado, viviremos en paz...el cielo en la tierra.
Jaejoong respira hondo, puede el amor divino ser cómplice de la pasión?
Más tarde
El cochero, camina de un lugar a otro, te das cuenta mujer?
La Nana lo ignora y sigue revolviendo la olla.
No escuchas...
Te escucho, solo que exageras.
¡Exagero!? Me dices tan tranquila que el mundo desaparecerá...
El que no escuchas eres tú, el mundo no desaparecerá, renacerá que es distinto.
Como sea, no soy tan burro para no entender, todo cambio necesita una limpieza, me equivoco?
La Nana hace una mueca—Eso es cierto, pero no te preocupes...nada nos pasará (sonríe) estamos del lado bueno.
De pronto la Nana mira hacia afuera, corriendo las cortinas...parece gruñir, alza una ceja y vio una sombra la cual se desvaneció cuando ella recitó una oración en un extraño dialecto.
Todo está dispuesto...
Las familias más conservadoras y de un estrato social más elevado, se visten ataviados de sus mejores prendas, caminan con la nariz respingada mirando al resto del mundo con indiferencia. Son ellos quienes van a la iglesia cada domingo.
Mientras en la plaza...
Los mesones, uno al lado de otro ocupan toda una cuadra, todo debe ser en abundancia: frutas, vino, dulces...Cada ventana y puerta de las casas, que son pintadas de blanco deben estar adornadas con flores.
En cada, pueblo, aldea y valles...se adornan los árboles con cintas de colores. Las jóvenes visten de blanco, sinónimo de virtud.
El advenimiento del verano, no solo es la fertilidad y bendiciones a la tierra...Es también una época de procreación y para los más paganos una fiesta puramente sexual.
La danza se hace cada vez más frenética, las manos se alzan como si tejieran hilos invisibles en el cielo, el aire y la tierra. Es también la unión de la fuerza masculina y femenina...Las ramas de un tronco adornadas, es una señal inequívoca del falo masculino.
Los más esotéricos, sostienen que las hadas despiertan del largo letargo del invierno...Son curiosas y observan a los amantes. Danzan en el bosque y algunos pueden escuchar su contagiosa risa.
Es una época de cambio...de la muerte al renacimiento.
Dos espíritus, se unirán y con ella la destrucción caerá sobre la tierra, por ello...las fogatas iluminarán la oscuridad. Esa noche, el mundo invisible y el real serán uno. Se dice que es el momento oportuno para hacer rituales más poderosos, lo cual aprovechan las brujas para hacer sus hechizos y ungüentos.
Los más fuertes de espíritu no cederán a la tentación.
Por supuesto que los más románticos, prefieren creer en los rituales de amor, las parejas casadas depositan ofrendas en el altar para pedir el pronto nacimiento de un bebé. Otros piden encontrar a su alma gemela. Estos rituales se llevan a cabo en el campo, danzan alrededor de una fogata mientras arrojan pétalos y frutos a la hoguera.
Todo se viste de fiesta.
Pero lo más intenso, sucede en el bosque.
Hace más de un década que esos rituales habían sido prohibidos, la misma que ahora el príncipe Jihan deja sin efecto.
El príncipe solo rige aquí en la tierra, por decreto divino, dice el santo padre...nosotros somos los enviados del altísimo, nadie tiene más poder. Dejemos que las ovejas se dispersen, solo las elegidas volverán al rebaño divino.
Las iglesias y parroquias ofrecieron el santo oficio en honor a los sacerdotes y monjes que fueron abrazados por las llamas purificadoras. También oraron por esas almas perdidas de los novicios que no regresaron a ninguna congregación. Pero de todos ellos, solo uno despertaba la inquietud de los clérigos. Buscarán en cada rincón de la tierra, si es necesario, para encontrarlo y llevarlo a un lugar secreto.
Las festividades empezaron muy temprano...y después cuando la tarde comienza a quitarle espacio al sol, se escuchan los cánticos y algunos bailan en la plaza...La música pagana se mezcla con el sonido estridente de las campanadas de la iglesia.
Yunho respira hondo, como cada año debe acompañar a sus padres al santo oficio...viste su traje de capitán, despertando la tentación de las señoritas virginales...sonríe de medio lado, solo una sonrisa y ellas están condenadas al fuego de la pasión.
Sucedió que...No pudo entrar a la iglesia, como si una fuerza invisible lo detuviera.
Cada vez que sus pasos se acercan a la iglesia, Yunho va sintiendo una opresión en el pecho, respirar es doloroso, y, al pisar el primer escalón fue como pisar brazas ardientes con sus pies desnudos. Retrocedió, respiró hondo...siente que se quema por dentro.
No escuchó a su padre, que entre dientes ordena que entre a la iglesia y que ofrezca su brazo a Yutha...simplemente dio un paso atrás y se alejó.
El sacerdote comienza el sermón, su mano se empuña contra todos los impíos...condenando a las mentes pecaminosas, a los pecados del cuerpo...a la libidinosa tentación. Rechazando las festividades paganas.
Una ráfaga de viento apagó los cirios y el monaguillo las volvió a encender. Hermanos, dijo el sacerdote, no se dejen tentar por el demonio. Él está aquí, entre nosotros, con nosotros...Momento en que todos voltean a mirar, al escuchar los ecos de unos pasos...el mismo sacerdote sintió que se consumía por el calor inexplicable que está sintiendo.
Jaejoong entró a la iglesia, su camisa holgada parecen dos grandes alas blancas, se detiene frente al altar, juntó sus manos en forma de oración, estuvo un momento así, en sublime conexión con lo divino. Para luego retroceder, y salir tan sutil, etéreo como llegó.
Todos los asistentes quedaron atónitos, algunos sintieron deseos de llorar...otros sintieron un cosquilleo divino en su bajo vientre.
El sacerdote carraspea—Hermanos, no se dejan tentar...el demonio gusta disfrazarse, incluso de ángel.
El demonio, también, es un ángel.
Donde está Yunho, pregunta el señor Jung...Nadie lo ha visto.
Mientras camina por las calles, mezclándose con la gente...el vino abunda, las risas, el baile, está mareado, sonríe, no sabe si es el vino o los giros de los danzantes. Es seducido por las mujeres al pasar, aunque el deseo sexual está al límite., ninguna logra hacer que caiga de pasión.
Dos hombres, cubiertos con capuchas negras, se interponen en su camino, alza las cejas...lo acorralan en una calle sin salida y sin decir nada se abalanzan como dos fieras salvajes, en ese momento Yunho sintió que una fuerza formidable nace desde sus entrañas. Fue demasiado fácil detenerlos. Los agarró del cuello a los dos, sintiéndose más fuerte con el correr de los minutos—¡Que pretenden!
No se moleste señor, se arrodillan, solo somos mensajeros.
—Mensajeros, de quién? ¡Hablen!
—Su padre nos envió...
—Mi padre?. No volveré a la iglesia, que estupidez...mandarme a seguir.
—No señor, hablamos de su verdadero padre, y su mandato es que maté al ángel.
Mientras
Mi hijo, dice el señor Jung, tuvo que atender asuntos del ejército.
Yutha hace una mueca...Tendrás que acostumbrarte, querida, dice la señora Jung, la vida de un soldado es así de impredecible. El sacerdote frunce el ceño—Nada es más importante que la palabra de Dios. El señor Jung sacó unas cuantas monedas de oro y las ofreció a la iglesia. El sacerdote, carraspea, sus manos tiemblan y las recibe—Bendita sea su ofrenda, señor Jung.
Boah alza una ceja...
Al rato
Boah ordena a su hija que regrese a la mansión, por supuesto que Yutha se niega.
Boah hace una mueca—Niña necia, buscaré al capitán...
Yutha alza una ceja—Buscarlo, en donde...de todos modos, es mi novio, yo iré por él.
Boah respira hondo—No me has entendido, hijita...yo solo velo por tu felicidad. Regresemos a la mansión, ya escuchaste al señor Jung. Tu prometido está atendiendo asuntos militares.
Par de ingenuas, dice el señor Jung, será fácil, como quitarle un dulce a un niño.
No tomes todo tan enserio, dice Changmin, seguro estaban bromeando...a mí me dijeron que era la mano derecha de lucifer (ríe) Conozco a esos tarados desde que éramos niños. Yunho hace una mueca, yo nunca los había visto. Changmin, parece dudar—Fue en la época de la universidad.
Cuando los vea, nuevamente les haré saber que nadie bromea conmigo.
Changmin le da una palmada en la espalda—Relájate y disfruta lo que (indica) ellas quieren ofrecerte tan abiertamente (ríe).
Yunho lo mira y hace una mueca—Se equivocan, tú no eres el ayudante de Lucifer...tú eres el demonio.
Changmin ríe con ganas.
Fue cuando escuchó una melodía, distinta a otras...voltea...el ángel danza alrededor de una fogata, entre las doncellas y los muchachos vestidos de blanco.
No lo pensó, solo se dejó llevar...
Caminó decidido, apartando a todo aquel que se interpusiera en su camino, ignorando el ofrecimiento descarado de las mujeres que ya mostraban sus pechos desnudos.
Se detuvo un instante para contemplarlo danzar, al parecer en su propio mundo, moviendo su cuerpo de manera sensual y sensualmente provocativo. El capitán gimió ante el roce de su erección dentro del pantalón. La tortuosa necesidad de ser liberado y nuevamente ser prisionero, dentro de él.
El ángel lo mira, sonríe...siguió danzando, provocando los celos del capitán., acariciando sutilmente a los jóvenes extasiados.
Yunho lo tomó de las caderas, firmemente por la espalda, se movieron al ritmo de la música, lo acercó más hacia él, dejando que sintiera su deseo. Te gusta? susurró sobre su oído para luego besar su cuello, el ángel empujó hacia atrás su precioso trasero restregándose contra la dura erección del capitán.
El ángel ríe, lo aleja, sigue danzando, otros se acercaron...pero el capitán los golpeó...el ángel necesita cumplir con su misión, no debe ceder a la tentación de un hombre...pero...aquel hombre no deja de seguirlo, de tentarlo...tal vez, pueda jugar un rato más.
Corre hacia el bosque...
Yunho lo sigue. Su cuerpo está tenso al borde del colapso, lo necesita. Avanza y lo abraza con fuerza...todo es tan real. Es real y aún lo duda, besa sus labios, lo acaricia, deslizando sus manos, sintiendo la suave piel...el fuego de la hoguera no se compara al fuego de su cuerpo. Se arrodilló ante el ángel, lo sintió gemir...su cántico celestial lo excita más...Succionó su miel hasta la última gota. El grito ahogado de placer, hace que el capitán se pierda en sí mismo, preso de la libidinosa esencia de todo su ser. Lo tumbó sobre el pasto y abrió sus piernas. Lo acarició sin mucha amabilidad y ese roce duro no parece molestar al ángel, al contrario. Lo tomó por la espalda e hizo que se inclinara abriendo un poco más sus piernas. Y sin más preámbulos, ya tuvieron demasiados...el capitán se enterró dentro de esos blancos y apretados glúteos celestiales. El ángel gritó de placer y la tierra comenzó a temblar...Mientras él sintió una gran satisfacción, sus roncos gemidos acompañaban sus movimientos, agarrado de sus caderas embiste más fuerte y más duro...El cuerpo sudado del ángel resplandece. El capitán lo abrazó de manera que sus cuerpos parecen uno. Siguió moviéndose hasta que explotó en su interior.
La tierra se sacudió violentamente, las risas fueron reemplazadas por gritos. Y el cielo se cubrió de nubes negras y aterradoras.
Fue cuando a un costado, el ángel vio la daga que resplandece...la tomó, debe acabar con la oscuridad. Pero no vio a ningún hombre cerca, solo a su amado jinete...entonces lo comprendió.
Eso explicaba muchas cosas, el deseo y la tentación, avasalladora, solo puede provenir de él.
Yunho lo vio temblar, quiso abrazarlo, entonces una daga, semejante, estaba a su costado, resplandecía de manera diferente "Mata al ángel"
Ambos de pie, de frente, con ambas dagas en sus manos...El ángel en posición de ataque.
El capitán, respira hondo y aunque no comprende lo que está sucediendo, arroja la daga hacia el espeso bosque, avanza mientras ofrece su pecho—Acaba conmigo de una vez.
El ángel, frunce el ceño y su mirada podría congelar a cualquiera...¡Ángel seductor...Acabaré contigo! gritó (mientras mantiene una batalla interna con sus propios sentimientos)
No sé si esto es un sueño o pesadilla...pero lo cierto, es que te amo., dijo Yunho acercándose.
El ángel avanzó, decidido, Yunho cerró los ojos y sonríe...
Por qué sonríes, preguntó el Ángel.
Porque aquel a quien más amo, se llevará mi vida...hay algo mejor que eso?
Fue entonces, que Yunho sintió el cálido beso de Jaejoong.
El cielo y el infierno estarán furiosos.
CONTINUARÁ...