miércoles, 21 de octubre de 2020

PASIÓN PECAMINOSA 5

 

Al amanecer

Está sentado sobre los escombros mirando la hermosa aurora renacer...está despierto y sin embargo no está seguro, estará despierto en realidad o es tan solo un sueño más.

Respiró hondo, cuando alguien se sentó a su lado...no hizo ningún movimiento, tampoco intentó mirarlo, simplemente se quedó quieto mirando el amanecer. La alucinación no se va...puede sentir su exquisito aroma, y su túnica resplandecer. Estoy loco, pensó sonriendo con desdicha.

No, no estás loco y si así fuera, yo también estoy loco, dijo una voz en su mente...El capitán Yunho lo miró, estaba allí...permanecía a su lado.

Por qué?

Porque tú y yo estamos destinados a encontrarnos una y otra vez., hasta que al final...no seamos más que una ilusión.

Quien eres...

Tú y yo...Somos uno, somos parte de la misma esencia.

No entiendo...

No entiendas ahora...

Dijo para sentarse a horcajadas sobre el capitán, sueño o no...está sintiendo demasiado deseo y su cuerpo reacciona de manera brutal. Enceguecido por la pasión, lo abraza por la cintura e empuja para penetrarlo más profundamente...quedarse y moverse, las caderas del ángel danzan con frenesí...Nunca había soñado algo tan real, porque es seguro que es un maldito sueño que no podrá recordar. Entonces sus manos lo tocan, acarician...palpan, es tan real, tan suave y sus gemidos son tan claros como el susurro ruidoso del arroyo...intentó besarlo, esos labios tentadores lo incitan...es como para un vagabundo sediento beber de aguas puras y cristalinas. Y el deseo se desborda en torrentes cálidos y espesos.

Cuando despertó, aún era noche...No recordó nada.

Desde ese último encuentro en un mundo de fantasías y locuras, no volvió a soñar.

Pronto supo que algunas cortesanas, agregaban algunas gotas de hierbas en sus copas, provocaban visiones en los clientes, con el fin de apoderarse de su voluntad y así poder quitarles las monedas de oro., que frecuentemente portaban. El motivo de otras: atrapar un marido., enloquecerlos de amor.

El capitán Yunho hizo una mueca, eso explica muchas cosas.

Si los sacerdotes se enteraran de estas prácticas, seguramente alzarían los ojos al cielo...se darían golpes en el pecho, mientras las cortesanas (tildadas de brujas) caerían bajo el fuego ardiente de purificación.

Pero, que es esa sensación de frustración, decepción...la idea de no volver a sentir de ese modo., respira profundamente, será mejor que sus fantasías eróticas las vuelva realidad con alguna señorita de la ciudad.

Changmin—Pienso que esos sueños no son más que tus pecaminosos deseos de hacerlo con uno de los novicios, hombre pecador.

Yunho ríe, mira hacia el corredor, donde generalmente los novicios pasan largas jornadas en oración—Supongo que la piel de un ángel es tentadora.

Changmin rueda los ojos.

A la noche siguiente y a la siguiente el sueño no acudió, pero si el insomnio. El capitán Yunho se sentaba en los escombros mirando alejarse a la luna, dando paso al sol. Necesita algo, algo que esconde su alma. Una verdad tan profunda como la sensación de soledad. Acudió a los burdeles, desafiando el peligro que acecha en el camino. Pero ni las sombras se atrevieron a cruzarse a su paso.

El capitán Yunho, tiene un aura misteriosa.

En el bar calma su sed con una jarra de vino, respira hondo, tal vez algunas de esas hierbas lo lleven al mundo de los sueños y qué más da, si al día siguiente no recordará nada. Pero lo cierto es que necesita sentirse de ese modo, embriagado por el deseo. Pero nada sucedió. Ni siquiera una orgía pudo calmar su sediento cuerpo de placeres pecaminosos. Se levantó de la cama, asqueado. Bebió hasta la última gota de vino y en contra de las órdenes de sus superiores, avanzó hasta el campo de batalla. En la cual demostró su osada valentía. No tembló su puño ni pudo ser derribado.

En contra de su voluntad, el capitán Yunho asistió a la misa, acompañando a sus soldados quienes querían agradecer las bendiciones y los cuidados de algunos novicios y monjes.

El sacerdote rezaba y leí los salmos en latín.

En algún momento, un coro de ángeles deleita sus oídos...mira hacia los costados, luego hacia el fondo, arriba en un balcón, detrás de rejas...que hacen imposible verlos. Se puso de pie, todos murmuran. Se sentó nuevamente cuando Changmin tiró de su brazo...Se quedó en silencio, sin hacer ningún gesto...pero sintió una ardiente mirada y un susurro en sus oídos, volvió a levantarse y esta vez caminó, seguido de Changmin quien le habla bajo—Que pretendes...

Yo...respira hondo y sale de la iglesia.

Al día siguiente dejaron el monasterio a las primeras horas del amanecer.

Ya ha pasado tiempo desde que la guerra llegó a su fin.

En una de las celdas (cuartos de los novicios) Jaejoong trata de salir, pero no puede...sus fuerzas se debilitan con cada respiración. Cae al suelo y mira la ventanilla que en cada pestañeo se hace más pequeña.

Mientras que las alucinaciones dejaron de ser un tormento, para el capitán Yunho. Pero ese fuego que lo consumía misteriosamente, continúa ardiendo. Su carácter empeoró. Tiene amantes que no logran satisfacer sus deseos. Es un asiduo visitante de burdeles y bares...conocidas son sus aventuras., y sin embargo las mujeres le envían invitaciones a sus aposentos con la esperanza de conquistar su arisco corazón.

Cada tarde monta su brioso caballo y recorre la extensa propiedad., tratando de encontrar serenidad a una angustia que le es difícil de comprender.

El padre de Yunho pretende obtener las tierras vecinas, el motivo, una fuente natural formidable., así se convertiría en el terrateniente más rico de toda la zona.

Yunho hace una mueca, mientras comparten una copa de licor—Esas tierras, si tanto las quieres, pide al príncipe que te las conceda, no es tu amigo?

—El viejo monarca lo era, su hijo apenas lo conozco y se dice que un caprichoso. Además esas tierras pertenecen a una antigua familia de esta comarca, fueron prácticamente quienes fundaron este lugar. Así que...Debes cortejar a la hija de esa familia, es una hermosa joven...perfecta para un hombre como tú.

Yunho hace una mueca y escucha en silencio a su padre, le debe demasiado...no quiere desobedecer—Padre, creo que no es el momento.

—Entonces, dime, cuando será el momento...Ya no somos tan jóvenes y queremos nietos corriendo por esta mansión.

—También quieres esas tierras.

—Es un valor agregado (dice sonriendo)

Un hombre debe responsabilizarse de su familia, de sus padres ancianos...yo estoy lejos de ser una anciana (dice su madre) pero, quiero ver a mis nietos y jugar con ellos sin que la reuma me lo impida.

Yunho sonríe, luego, vuelve la mirada hacia la ventana...respira hondo, necesita algo...extraña algo. Negó con la cabeza. Volteó a mirar a sus padres.

Esa misma tarde visitó la propiedad vecina.

Las mujeres de ese lugar quedaron encantadas con tal gallarda presencia y porte varonil. Sus visitas se hicieron habituales, hasta que empezó a cortejar a la joven dama, sin mayores esfuerzos. 

En la cocina...

La nana quien bate una mezcla para un pastel, hace muecas—Mujeres necias, nada es de ellas...nada les pertenece, ya verán cuando mi señorito, el dueño de todo regrese.

El cochero respira hondo—Mujer, la necia eres tú...ese niño...

La nana dejando el batido y amenazando con un cucharón a su marido, el cochero—No te atrevas, yo sé que mi pequeño señorito, vive.

Mientras en el monasterio...

Los sacerdotes están consternados, el joven novicio... ángel o demonio...ha caído en un profundo sueño.

Se debilitó como un pequeño pajarillo en medio de una tormenta.


...

lunes, 12 de octubre de 2020

PASIÓN PECAMINOSA 4

 


Yunho siente sus párpados pesados, hay demasiada luz, con su brazo hace sombra sobre sus ojos.

—Quien eres…un ángel?

El muchacho cubierto por una túnica blanca, sonríe.  Yunho siente que cada poro de su piel expende fuego, un fuego que lo abraza y quema, pero no con llamas…es algo más placentero y peligroso que calienta su interior. Pudo sentir que algo dentro de él está despertando, como una semilla que hace tiempo esperaba ser despertada.

Sintió la inexplicable esencia de todo su ser.

Cerró los ojos, tanto placer es abrumador, y al volver a abrirlos, estaba en una de las camillas, habilitadas para los soldados heridos. Cuando tuvo conciencia del lugar en el que estaba, se incorpora, con su brazo hace sombra sobre sus ojos, aún le parece ver una luz cegadora.

Está confundido.

Te encontré  desmayado entre los escombros, dice Changmin, sonríe con algo de burla, olías a perfume, no sé si de flores o frutos del bosque (ríe)…supongo que estuviste con alguna señorita de alcurnia ya que las cortesanas no suelen usar perfumes tan finos, alza una ceja, no te hagas el desmemoriado, dime con quien estuviste…No me digas que está casada, su marido los descubrió, te dio una paliza y te dejó allí tirado…Aunque no tienes huellas de haber sido golpeado, ningún moretón.

Deja de hablar tantas tonterías…

Entonces, dime,  que sucedió.

No lo recuerdo…

Nada?

Yunho masajea su sien—Seguro bebí algo que no debía.

Eso suena lógico, tienes muchos enemigos, novios y esposos celosos, dijo Changmin,

Yunho apoyó su cabeza en la dura almohada y trató de recordar, pero nada vino a su mente.

 

 

Mientras en el interior del monasterio…en las habitaciones o celdas de los novicios.

Jaejoong extiende sus brazos como si fueran alas desplegadas y danza. Los monjes que lo vigilan a diario, sonríen y poco a poco esa sonrisa se va convirtiendo en una típica risa de los que pierden la razón.

El resto de ese día, el capitán Yunho estuvo descansando,  puede escuchar los rezos de los monjes que al parecer lo hacen a propósito,  hace muecas…pero cuando escuchó una voz que entonaba un salmo, se quedó sereno…incluso sus pensamientos se desvanecieron y todo su ser era parte de esa melodía. Cayó en un profundo sueño., donde las imágenes, canciones ancestrales e incluso aromas se confunden en un todo.

Necesitaba pensar, recordar la noche pasada…pero no recuerda haber estado en el bar, ni en el burdel…no recuerda haber estado con alguna doncella o cortesana. Respiró profundamente, son efectos de una guerra que ya ha durado demasiado., seguro, cuando vuelva a sus tierras todo mejorará y quizás siente cabeza y le proponga matrimonio a una doncella virgen. El resto de la tarde estuvo de buen humor. No perdió oportunidad para molestar a los  sacerdotes, quienes le repiten que será excomulgado. El capitán Yunho monta su brioso caballo y recorre el perímetro. Nunca se sabe, tal vez algún enemigo tenga en mente atacar el monasterio. Pero nada sucede, ninguna amenaza del contrario, tal vez sean más inteligentes, se dice. Y quizás el peligro esté dentro de esos muros. Mueve la cabeza en  negación,   son muchas palabras e ideas irracionales…definitivamente esta guerra ha durado mucho tiempo.

Los soldados que poco a poco recobran sus fuerzas y salud, escriben cartas a sus amadas…Changmin hace una mueca—No sé a quién escribir, es que las amo a todas.

Yunho sonríe, luego se queda pensativo mientras gira la pluma entre sus dedos, a quien dedicarle palabras que broten de su corazón, no está enamorado, ni siquiera ilusionado…siempre ha sido un hombre que se deja llevar por sus impulsos y deseos viriles.

Amor, enamoramiento…enamorado, son palabras que poco a poco se van interiorizando en su mente y corazón. Amor, pasión…tentación, un triunvirato perfecto.

Ya pasaba de la media noche cuando, Yunho, despertó y creyó escuchar una voz que lo llamaba, se levanta,  caminó hacia las ruinas., a cada paso el suelo seco y requebradizo se va transformando en una tierna y blanda alfombra de tréboles. Escuchó risas de niños, y caminó un poco más, se quedó quieto cuando se vio a si mismo sentado en el tierno pasto junto a otro niño. En ese momento alguien estaba a su lado, quiso ver quien era, pero, nuevamente una luz lo encegueció.

Al otro día no recordó nada, su alma está inquieta y ese desasosiego crece cada vez más. En esos momentos de angustia deseaba estar en el campo de batalla. No puede lidiar con lo invisible, y con lo que no comprende ni puede recordar.

Así mismo las danzas de Jaejoong se vuelven más frenéticas., al punto de apagar todos los candelabros de la capilla con una violenta ráfaga de viento que pudo abrir todas las puertas y ventanas.

Los sacerdotes se persignan, es clara señal que el demonio está cerca.

 

Hay rumores que hablan de una pronta tregua y cese al fuego…Los sacerdotes son los más felices, pronto los pecadores se marcharán.  El capitán Yunho espera la orden de su superior y así poder marcharse, aunque su corazón mantiene una guerra entre los sueños y la realidad. Volvió cada noche al mismo lugar y al amanecer nada recuerda, solo una sensación placentera de lujuria total que ninguna cortesana puede aplacar.

 

Los novicios siguen con sus clases de teología, como siempre Jaejoong permanece disperso mirando los vitrales, ángeles pisando cabezas de serpientes, la misma serpiente enrollando una manzana, seduciendo a los hombres y mujeres.

Tentaciones, cuerpos semidesnudos, belleza masculina…la fruta prohibida, todo, todo hace que sienta cosquilleos pecaminosamente placenteros.  Qué es placer?  Sonríe de medio lado, tentación y placer…es aquel hombre que acude a ver cada noche, tentándolo y llevándolo al límite de la locura.

Una gota de sudor corre por su cuello,  traga saliva, está sediento…Los sacerdotes, monjes y soldados sienten ese mismo calor.

Cae la noche y es  preciso calmar esa sed de cualquier manera posible. Algunos oraron hasta el amanecer…otros cedían a la tentación entrando a las celdas de otros sacerdotes o monjes. Ya era un rumor creciente que algunos de ellos son amantes desde hace mucho. En la noche se aman se dejan atrapar por la libidinosa tentación y por el día hacen acto de penitencia., muchas veces en forma de castigos físicos.

 

Yunho busca un arroyo en las cercanías del monasterio…acudía a ese lugar cuando era niño, espinas rodean el lugar,  muchas veces dejaron cicatrices en sus brazos y piernas, las cuales desaparecían de forma inmediata. Para quienes logran atravesar ese muro de espinas, es un lugar mágico, es realmente bello. Los sacerdotes dicen que antes de traspasar las puertas celestiales, es preciso traspasar un camino de espinas. Seguro ellos no podrán.

Además nadie puede saber, cual es el lugar exacto, donde comienza el cielo y  termina el infierno.

Se desnudó y zambulló en las claras aguas que lo reciben gustosas. Nadaba por debajo, viendo un mundo de piedrecillas de  colores, microorganismos, todo un jardín submarino. Escuchó un canto, un murmullo y miró hacia la superficie, necesitaba respirar…fue cuando lo vio a un costado, sentado en una roca…era un novicio, con sotana blanca y una capucha que ocultaba  su rostro, pero…pudo ver su sonrisa, diabólicamente tentadora. Nadó hasta  la orilla y entre más se acerca, sea quien sea se aleja con tan solo un parpadeo.

—¡Oye!

Lo llama, pero ya no puede verlo…se detuvo, escuchó los rumores del viento (susurros que el aire lleva hasta sus oídos)  la danza del agua y la tierra germinar bajo sus pies.

Escuchó un chapuzón, volvió la mirada hacia el arroyo…vio la túnica blanca sobre las rocas. Las aguas abrazando, acariciando el cuerpo níveo y perfecto del ángel, chispas, gotas de agua que parecen iluminar la oscura noche…su sexo descubierto. Y el  deseo se encendió como  fuego.

La belleza, encanto y pasión  es tan abrumante que su mente  no logra recordar.

 

 

“Siento el calor de toda tu piel en mi cuerpo otra vez, estrella fuga  enciende mi sed. Misterioso. Con tu amor sensual, cuanto me das, has que mi sueño sea una verdad…Dame tu alma hoy, haz el ritual,  llévame al mundo donde pueda soñar…”

 


CONTINUARÁ...?


(Queridas lectoras, de ustedes depende si esta historia sigue)

miércoles, 7 de octubre de 2020

PASIÓN PECAMINOSA 3

 


Los primeros rayos del sol comenzaron a bajar lentamente por los muros cubiertos de hiedras, algunas mariposas revolotean y pelusas suspendidas por el viento hacen cosquillas en la nariz de Jaejoong, aguantó estornudar...un grupo de monjes pasaron cerca de allí. Hace una mueca, aléjense dice en voz baja, casi un susurro. Cada noche camina en la oscuridad, mientras las sombras fantasmales se quitan de su camino. Esa noche esperó ver nuevamente al demonio montado en aquel brioso caballo. No pudo ver su rostro y esa idea lo entusiasmó de manera misteriosa y excitante...quien conoce el verdadero rostro de un ángel caído?

Volvió a la celda y fingió dormir. Solo pasaron algunos minutos cuando un monje con un manojo de llaves abre la puerta. Miró la cerradura, no hay evidencia de haber sido abierta, miró la ventanilla a lo alto, solo un animal pequeño podría escapar por allí—Oye, ángel sin alas, ve al comedor (dijo en tono irónico) Jaejoong se incorpora, no contesta, no habla, pero el monje sintió su mirada y por unos segundos perdió el aliento., al punto de hacerlo desfallecer.

Nadie puede hablar ni murmurar...Las murmuraciones, son cosas del demonio, susurra palabras obscenas, seduce e invita a pecar. No lo escuchen, rezaba un sacerdote.

Jaejoong esboza una sonrisa irónica, tan hermoso...tan condenadamente tentador.

Uno de los monjes traga saliva, se pone de pie...al parecer el demonio susurró cosas obscenas en su oído. En su celda se flageló.

Más tarde leyeron y estudiaron las santas escrituras, siempre bajo vigilancia. Cada novicio lee un versículo, cuando es el turno de Jaejoong este simplemente mira en dirección al vitral, una escena de ángeles y demonios.

El sacerdote se acerca, pero cuando Jaejoong volteó a verlo...este dejó caer la varilla con la cual pretendía castigar la desobediencia, se quedó en estado catatónico por algunos segundos y luego retrocedió. Se sentó de golpe y permaneció así por un largo rato.

Jaejoong salió  y caminó hasta el corredor, los otros lo siguen, despertando la curiosidad de los soldados.

El capitán Yunho llegaba en ese momento, desmonta su caballo...fue cuando vio al grupo de novicios quietos, en medio del patio. Sintió angustia., apretarse el pecho...que desagradable sensación de sentirse vulnerable ante la presencia de algo que no puede ver ni tocar. Algo que lo inquieta hasta el punto de la emoción. Pero no se detuvo a pensar que esa sensación podría provenir de uno de los novicios. No quiso seguir escuchando lo que no puede comprender y decidió alejarse, pero escuchó un rumor en forma de susurro, y, se quedó quieto sin alzar la mirada, como si su consciencia le advirtiera sobre una luz cegadora.

Estamos en tiempos oscuros, repetía sin cesar el sacerdote mayor. La mejor  manera de alcanzar la salvación es ofrecer nuestro dolor en sacrificio por las almas pecadoras.

El capitán Yunho hace una mueca—Patanes.

Luego mira al grupo de novicios que desaparecen a lo largo del corredor. (Siente una imperceptible sensación)

Que sucede, pregunta Changmin, algún novicio te robó el alma?

—Muy gracioso...

El sacerdote encargado se acerca, no tiene buena cara...carraspea.

Por órdenes del emperador JiHan, los soldados podrán asistir a la sagrada liturgia. Los novicios asistirán a los soldados heridos. 

Los sacerdotes no están de acuerdo, pero es mejor mantener buenas relaciones con el emperador, fue lo que aconsejó el santo padre.

Los invito, dijo el sacerdote, a presenciar uno de nuestros actos de fe., tal vez puedan tener una opinión más profunda de nuestra comunidad. El santo padre, por su gloriosa benevolencia, ha permitido que sus ovejas descarriadas sean testigos de nuestra manifestación de amor. En la santa misa.

Esperamos con el favor de su Dios poder irnos lo más pronto posible. Contestó el capitán Yunho.

Mi Dios también es suyo, es de ustedes, de todos los que creen...y también es piadoso con los pecadores.

El capitán Yunho rueda los ojos.

Alabaremos al señor...

Changmin carraspea—Donde queda ese burdel que visitaste?

El sacerdote se puso rojo de rabia—¡Pecadores, impíos, fornicadores!

El capitán Yunho lo mira—Usted con sus ovejas santas, nosotros con las cortesanas.

El sacerdote se persigna—Es usted realmente un demonio.

Muchos de los sacerdotes y monjes practicaban el auto-castigo, la flagelación y otras formas de torturas personales.

Ninguno trató de volver a tocar a Jaejoong, por alguna razón temen ante esa fría mirada y esa encantadora sonrisa. Por eso lo mantuvieron en una celda a parte de los demás novicios, para que estos no caigan bajo la placentera tentación de su hechizo. El último sacerdote que intentó tocarlo, murió al poco tiempo de un infarto.

Un monje que no pudo evitar la tentación, enloqueció.

Para los demás novicios, Jaejoong es un ángel real. Hermoso y letal. Para los sacerdotes es un encantador demonio, seductor de almas, por lo cual es necesario mantenerlo dentro del monasterio.

Changmin—Entonces, capitán Jung...aceptarás la invitación a orar con los sacerdotes?

Ni aunque el mundo estuviera cayéndose a pedazos y el infierno a mis pies me arrastrara.

—No te da curiosidad? Los ángeles bajarán del cielo a curar nuestra alma pecadora (tono divertido e irónico de Changmin)

Cada vez me convenzo más que estos sujetos con batas están cada día más locos, contesta Yunho.

Cuidado, dice Changmin, la locura puede ser contagiosa.

Yunho mirando en dirección a las celdas de los novicios—Me gustaría conocer un ángel de aquellos, saber si puedo despertar su pasión diabólica.

Changmin finge espantarse y se persigna—Hombre pecador, eres el demonio en persona.

Esa noche

El capitán salió al patio, hacia las ruinas de un costado...solía jugar allí cuando niño...se apoyó en lo que resta de la muralla y fue cuando creyó ver algo que se mueve más allá, una forma, una silueta blanca. No se quedó con la duda, así que caminó decidido, no teme a nada ni a nadie. Se detuvo, miró todo alrededor...supuso que fue su imaginación, había bebido mucho la noche anterior y las cortesanas lo habían dejado casi sin fuerzas, sonríe. Fue cuando volvió a escuchar un rumor en forma de susurro "Mírame" Tragó saliva, no hay nadie cerca ni lejos. Siguió caminando y entonces lo vio...

Un ángel.


CONTINUARÁ...?

Tal vez.

viernes, 2 de octubre de 2020

PASIÓN PECAMINOSA 2

 


Quince  años después.

Una guerra de intereses políticos y sociales estalló entre los partidarios del Norte y del Sur. Una dura batalla civil. Las calles eran dominadas por los soldados que se tomaban, a veces, atribuciones egoístas.

Los conventos se volvieron hospitales de campaña…las Superioras de cada congregación alzaban la mirada al cielo por la invasión de hombres impuros. Las hormonas de las jóvenes novicias estaban desatadas. Por lo cual el santo padre decretó que todos los soldados heridos fueran enviados a los monasterios de novicios hombres. Aunque duda que eso sea la solución, el mundo está lleno de pecado y deseos lujuriosos. Dice mientras recorre con la mirada la figura del nuevo sacristán.

Jung Yunho, capitán de una tropa de valientes soldados, se ha visto reacio…Arruga el ceño, si los hospitales de campaña no estuvieran tan abarrotados, por ningún motivo llevaría a sus hombres a ese lugar.

No entiendo tu aversión a las sotanas, dijo riendo su segundo al mando, Shim Changmin.

El capitán  hizo una mueca.

Finalmente las grandes puertas de hierro se abrieron rechinando…El capitán observa a los monjes que están en el patio principal, algunos con capuchas, bajan la mirada.

Somos demasiado impuros, dice Changmin con tono sarcástico. (baja el tono de su voz) En verdad este lugar me da escalofríos., aunque tiene una belleza lúgubre.

—Pasé parte de mi niñez en este lugar…

Changmin se sorprende—Entiendo…

No, no entiendes…

Fue cuando a cierta distancia, una puerta se abre y sale un grupo de novicios con túnicas blancas, cantaban y lucían como ángeles. Caminaron por lo largo de un corredor., hasta perderse de la vista de los soldados.

Momento de silencio, hasta que el capitán recordó a ese pequeño niño…fue hace tantos años, pero, por alguna razón lo había borrado de su memoria, quizás para no recordar su estadía en el orfanato.

Changmin—Te has quedado muy callado, viste un fantasma?

Yunho respira hondo—Un fantasma?, juro que si veo al viejo cura, lo vuelvo a enviar al infierno y me aseguraría que no vuelva a salir.

Changmin alza una ceja—Siempre has sido muy reservado, pero, hoy pequeños secretos se te han escapado.

Yunho frunce el ceño—Es culpa de este endemoniado lugar.

Un sacerdote se acerca y da la bienvenida, los conduce hacia uno de los corredores…les indica las celdas que usarán. El capitán observa el lugar, hace una mueca…espera salir de ese lugar lo antes posible.

Algunos monjes curaron las heridas de los soldados y alimentaron. En la cocina había un fondo grande, donde hervían hierbas y pócimas medicinales.

Se decía que la medicina de los sacerdotes venía directamente de Dios.

El capitán hace una mueca, parecía una escena de brujos, con esos atuendos, sotanas y capuchas, con las cuales no podía ver el rostro de los monjes.

Porqué cubren sus rostros, preguntó Changmin…

Cubrimos sus rostros ante la mirada pecaminosa de los forasteros.

El sacerdote se va…

Changmin hace una mueca—Supongo que los pecaminosos forasteros somos nosotros.

Yunho esboza una sonrisa., respira hondo…deseo regresar a casa y hacerme cargo de las tierras de mis padres.

Y casarte con tu prometida.

El capitán rueda los ojos—Si te refieres a esa niña caprichosa, mejor prefiero quedarme aquí.

Ambos ríen.

 

Yunho tenía solo catorce años, cuando escapó trepando las murallas del monasterio. Antes tomó de la mano al pequeño que protegía, por qué, simplemente lo hizo. Lo dejó en el jardín, pudo llevarlo con él, pero era demasiado pequeño. Finalmente lo atraparon y llevaron al orfanato. Fue tratado como un adulto, sin clemencia ni misericordia. Tuvo que madurar antes de tiempo, cuidarse las espaldas y patear a quien fuera para no perder su dignidad. Endureció su corazón y carácter…fue respetado, incluso por los muchachos mayores. Al cumplir quince años, en una fiesta de beneficencia que organizaban las damas de la alta sociedad, para muchos una diversión, tuvo la fortuna de ser adoptado por una pareja de terratenientes y cercanos al mismísimo príncipe.

En cuanto a lo ocurrido esa noche, se podría decir que el joven Yunho ayudó al final desenlace en la vida del sacerdote, quien ya contaba con más enfermedades que años. La excitación y el no poder tocar al pequeño niño, quien no tendría más de cinco años, hicieron que todo su organismo reventara. La sangre brotaba de sus ojos y boca. Por supuesto tras ser empujado contra la pared, para quitarlo del camino del pequeño. Desde aquel incidente, otros se presentaron de forma misteriosa…los viejos sacerdotes, creyeron ver en el pequeño una presencia maligna. Y tal vez no estaban tan errados.

 

Comenzaron a llegar otras caravanas con soldados hambrientos y algunos heridos.

No daremos abasto, dijo el sacerdote…

Este lugar es más que grande, tiene muchas celdas (indica el corredor)

El sacerdote se ofuscó—¡De ninguna manera!

El capitán alza una ceja—Qué esconde, al enemigo?

El sacerdote se ofusca más—Hombre pecador…allí permanecen nuestros novicios a la espera de ser ordenados y consagrados a la vida religiosa…Está prohibido para ustedes verlos o acercarse. Serían impuros ante los ojos de Dios.

O sea que tienen a un grupo de muchachos prisioneros.

Son esclavos del señor.

Lo admite.

¡Que absurdo! ¡Me quejaré con el santo padre! ¡Y será excomulgado!

El capitán Yunho bostezando, contesta—Hay algún burdel por aquí cerca? Necesito liberar mi “alma”

El sacerdote retrocedió aterrado, como si estuviera viendo y escuchando al mismo demonio.

Changmin  rueda los ojos—Oye, hombre pecador, ya déjalo. No lo provoques o en verdad te excomulgarán y eso molestará mucho a tus padres. Vamos a comer algo, pan y vino celestial (ríe)

Seguro sabrá a hiel, refunfuñó el capitán.

 

Mientras en el corredor prohibido…los muchachos se acercan a las ventanas abarrotadas con gruesos fierros, pero no pueden ver nada, otra maya de alambres cubre toda visibilidad.

Algunos se han conformado con la vida que fue elegida para ellos, pero otros no se doblegan, aunque las varillas duelan como aguijones.

 

Jaejoong, volverán a castigarte, dice un joven novicio…pero Jaejoong no lo escucha y salta la valla, quería ver a los soldados, saber si se parecen a los monjes, y si son demonios como dicen los sacerdotes. Camina sigiloso por el corredor, nadie lo ve…de alguna manera siempre logra no ser visto, salvo algunas ocasiones en que es severamente castigado, y cada castigo significa para Jaejoong una nueva y fuerte perseverancia de voluntad y alma.

Los cascos de un caballo, hace que mire en dirección contraria…la noche parece día, tan clara por el favor de la luna. Se escabulle hasta el jardín, como si fuera una sombra, conoce cada rincón, cada recoveco…quita un ladrillo que por años ha sido su ventana hacia la libertad.

Sus ojos se agrandan y sintió un vuelco en el corazón…vio a un jinete, de porte gallardo, como las novelas que una noche robó de la biblioteca (No solo libros sagrados hay en ella, también otros pecaminosos textos)…lo siguió con la mirada hasta que no pudo verlo más.

Se quedó apoyado en la muralla, tratando de comprender la falta de aire y preguntándose, quien será ese jinete, un valiente soldado o un sensual demonio.

El pecado de la lujuria, es el peor y más tentador de todos.

 

                                         

CONTINUARÁ...

Depende, ya saben.

PLENILUNIO 13

Pacto de Lobos Junsu permanece en silencio, mirando de reojo al hombre que lo ayudó. —Tuviste suerte, muchacho, que yo pasara por esa calle,...