Jaejoong alza la mirada, sus ojos se agrandan...y cascadas de lágrimas comenzaron a caer mientras se arroja contra el pecho del hombre que sostiene el paraguas.
Puede el mundo desaparecer pero ese sentimiento, permanecerá intacto en cada molécula, en cada átomo. Puede la lluvia convertirse en un diluvio, pero ese sensación de plenitud jamás se podrá borrar.
Tal vez el ángel del amor si existe y tuvo compasión de su atormentado y bobo corazón.
Ahora sonríe, ampliamente, puede ser la sonrisa más boba de todas, mezcla de risa y sollozos. Pero es la sonrisa más hermosa a los ojos de Yunho.
Estás aquí, logró decir.
Estoy contigo, contestó Yunho.
Son dos personas, perdidas en su pequeño y propio mundo debajo de un paraguas. Más bien son dos que se encontraron después de tantas oportunidades perdidas. Mientras el mundo corre vertiginosamente alrededor.
Puedes escuchar mi corazón?
Escucho el tuyo o es el mío?
Son ambos que laten en perfecta armonía.
Tan perfecta que sus latidos, ya, son uno y se declaran el amor que aún no pueden decir con palabras.
Guiado por la mano que lo sostiene con fuerza, como queriendo no dejarlo escapar, Jaejoong sigue a Yunho, hipnotizado, encantado...enamorado.
Mira sus manos, entrelazadas.
Puede haber otra mejor sensación?
Jaejoong mira por la ventana, desde allí puede ver la ciudad, incluso la torre más alta. Las personas se ven diminutas, corriendo para buscar donde cobijarse mientras esperan el autobús o un taxi. Esboza una sonrisa, sus mejillas están sonrojadas y no es por el calor de la confortable chimenea a un costado. Camina por la amplia habitación, hay una pequeña biblioteca a otro costado, libros exclusivos de primeras ediciones. Respira profundamente cuando sus ojos voltean a ver su abrigo y el paraguas en un rincón.
Sonríe, siempre soñó con una cita ideal, ver la lluvia caer, los leños quemándose en la chimenea y consumirse al calor de una pasión avasalladora.
La puerta se abre, Yunho deja una bandeja con dos humeantes cafés, en la mesita de centro. Jaejoong puede ver su reflejo a través del vidrio del ventanal, respira hondo., cuando Yunho se acerca, siente un intenso cosquilleo recorrer su espalda, agradable por lo demás.
Voltea procurando aparentar tranquilidad, esboza una sonrisa y mira el café, agradable aroma y exquisito sabor.
Yunho—No es tan bueno como el de la cafetería pero...
¡Es el mejor café que he probado en toda mi vida! Dijo Jaejoong totalmente sonrojado.
Yunho respira profundamente, como lamentando algo...
La angustia se refleja en el rostro de Jaejoong.
Pero luego las palabras endulzan sus oídos.
Debí haber hablado, antes, cuando tuve la oportunidad, comenzó a decir Yunho...Pensaba que era un hombre seguro, pero al verte toda mi seguridad tambaleó. Tuve miedo al rechazo, a no ser quien esperabas ver cada tarde en la cafetería. Pero cuando te vi en la biblioteca, después de seguirme, me hizo tener esperanzas, por eso, me atreví a escribirte mensajes con la esperanza de una señal tuya. (Esboza una sonrisa) Me dabas esperanzas y también me las quitabas. Debí decirte que me había enamorado (se acerca un paso más) que estoy completamente enamorado de ti.
Yo, dijo Jaejoong, abrazaba los libros sin saber que en ellos estaba mi felicidad (sonrisa nerviosa). Dejé muchas cafés enfriarse, esperando por ti, esperando verte. Todas mis ilusiones llegaban y se iban con el sonido de la campanilla (esboza una sonrisa)
Alza una ceja, entonces la tarjeta...
Era para ti...y las flores una manera de sentirte cerca.
Pero están marchitas.
El amor verdadero no puede marchitarse, me encargaré de ello.
Yo, te amo tanto.
Se empieza a escuchar una musiquita alegre, que proviene de algún bar a unas cuantas cuadras.
La lluvia cae y los leños avivan el fuego de la chimenea.
Jaejoong no puede apartar sus ojos de Yunho, y, Yunho no puede dejar de tocarlo. Suaves caricias que como chispas encienden la pasión.
Al día siguiente
La lluvia dejó de caer y débiles rayos de sol se cuelan por el ventanal. Los leños de la chimenea ya son cenizas y las dos tazas de cafés quedaron a medio servir.
Estás sonriendo, soy el motivo de tu buen humor? Pregunta Yunho...
Tú eres todos mis motivos, contesta Jaejoong.
Yunho acaricia sus mejillas, sus labios en los que deposita un suave beso. Supongo que debió ser de esta manera.
Hablas del destino?
No lo sé con certeza, si fue cosa del destino, pero si estoy seguro que yo te hubiera encontrado en cualquier lugar.
Jaejoong sonríe mientras se apoya contra el pecho de Yunho—Es una gran oportunidad de trabajo.
Vendrán más oportunidades de trabajo, pero (breve pausa) que probabilidades hay de encontrar el amor verdadero? (sonríe) mi balanza se inclinó hacia ti. Mi despistado y lento novio.
Te demostraré que no soy tan lento, dice Jaejoong metiéndose bajo las sábanas., Yunho ríe y se une a él.
Resbalando suavemente por las hojas, mojadas de rocío, el caracol por fin encontró a su pareja.
FIN.