MARCAS DE AYER CAP 2

En el cuarto que precede al jardín, hay un jarrón con lirios blancos, Jeyuna las contempla...Son lirios del campo, dijo el capitán...Jeyuna volteó, hace una mueca—Que haces aquí.

Olvida que mi deber es protegerla?, contesta el capitán.

La princesa vuelve la mirada a los lirios—Tu deber. Los lirios son simples.

Pero son hermosos, aunque sean simples.

Quien los trajo, pregunta la princesa.

El capitán respondió—Me tomé el atrevimiento de traerlas yo mismo.

—Por qué?

—Me parecieron hermosas como usted.

—Son lirios simples, acaso eso piensas de mí?

El capitán respira hondo—A veces la simplicidad guarda las mayores de las bellezas.

Ella sin dejar de mirar los lirios blancos, carraspea y quiso parecer indiferente—Esa mujer...

Ella no es importante...

Pero estabas con ella.

No significa nada.

Mientes.

A veces los hombres necesitamos...creo que no es una conversación adecuada.

La princesa mirando ahora a los ojos del capitán—Las mujeres del pueblo sacian tus deseos?

El capitán Jung se sorprende—Princesa, de que está hablando.

Ella se encoje de hombros—Mis primos dicen que...

—Los señoritos son muy liberales y tienen ideas revolucionarias contrarias a esta época. Mejor hable con las damas de su edad.

Ella hace una mueca—Que aburrido, yo quiero entablar una conversación seria, de adultos, entiendes?

La princesa frunce el ceño—Te estás riendo de mí?

Debe disculparme, la princesa es graciosa y bella.

Ella lo mira, voltea y hace un ademán de indiferencia, pero en realidad estaba sonriendo.

Es hora de mi siesta, debo cuidar mi belleza. Dice con orgullo.

No hay nada que pueda corromper su belleza, contestó el capitán.

El capitán Jung se reunió con otros oficiales, mientras Jeyuna duerme...pero no pasaron diez minutos y ella se escabulle a la habitación de sus adorables primos.

Tocó la puerta y no esperó ser invitada, va directo al cuarto...Se tapa los ojos, con los dedos separados—Dejen de hacer lo que están haciendo.

—¡No te enseñaron a tocar la puerta!?

—Lo hice pero como van a escuchar, son unos escandalosos, pueden cubrirse?

Por qué siempre estás en los lugares equivocados, niña, dice Park atando su pantalón.

Jeyuna los mira con curiosidad—Siempre están en "eso", no se aburren?

Xiah—Aburrirnos?, es lo mejor de la vida...

Jeyuna alza una ceja—En serio?

Park carraspea, es mejor no darle ideas—Que quieres adorable prima?

Quiero saber, contesta.

Saber qué, pregunta Park...

Xiah—No preguntes que hasta miedo me da.

Jeyuna—Ustedes me llevarán al pueblo.

—Imposible

—Así es, imposible

—Conozco su secretito...

Los chicos hacen una mueca—Para qué quieres ir al pueblo.

—Quiero ver como son las mujeres.

—Para qué...

Quiero saber cómo son las mujeres que él frecuenta (sonrojada)

Xiah sonríe—Entonces el motivo es el capitán Jung.

Park—Estás deslumbrada, por el macho alfa, pero, necesitas conocer a otros hombres, algún príncipe.

Jeyuna—No quiero conocer a otros hombres, tampoco a un príncipe...

Como sea, dice Park, no te llevaremos.

Jeyuna—Entonces iré sola, conozco el pasadizo secreto.

Xiah rueda los ojos y Park respira hondo.

Xiah—Por qué no eres como todas las demás damas de la corte, aprende a bordar, tocar un instrumento...tomar el té, hablar de cosas de princesas.

Jeyuna—Soy moderna.

Xiah—Y muy metiche.

—Me llevarán o iré sola (Pregunta alzando las cejas)

—Está bien, nosotros te llevaremos.

—Si!

Ese día la princesa realizó algunas actividades que van acorde con su título, paseó con algunas damas de la corte, tomó el té...bordó...y habló de cosas que hablan las princesas. También cabalgó por los jardines del palacio, obviamente bajo la vigilancia del capitán.

Cuando ya comienza a anochecer.

La princesa Jeyuna se despide del capitán, este hace una reverencia y se queda mirándola, hasta que ella entra a la habitación.

Respira profundamente, aun puede percibir su delicado aroma.

Jeyuna ordenó a las empleadas que la dejen sola y que no la despierten hasta el nuevo día.

Todavía no es hora. Está inquieta...Es una noche calurosa, por eso abre las ventanas de par en par dejando entrar la brisa. Ella disfruta de la frescura de la noche, mientras se quita las enaguas, hace una mueca—Quisiera correr desnuda (se sonrojó por tal pensamiento) Respiró hondo y suelta sus largos cabellos.

El capitán Jung camina por los jardines, verificando que todo esté tranquilo. Sus pasos lo llevan al jardín privado de la princesa. Vio una silueta que se agranda con las llamas de las velas. Se acercó un poco más y pudo verla, ella peina su largo cabello negro, él suspira...y de pronto ella deja caer la última enagua, la cual cae como una suave cascada, dejando que el capitán admire tan etéreo espejismo. La princesa cierra la ventana y corre las cortinas...Dejando al capitán sumido en el deseo. Tanta pasión que se desborda por todos los poros de su piel.

Salió del palacio rumbo al burdel del pueblo.

Al rato

Los primos Park y Xiah esperan a la princesa, quien llega vestida de muchacho. Sonríe. Ellos ruedan los ojos.

Afuera del palacio, espera un carruaje.

Park—El pueblo está lejos, no permitiría que mi primita camine todo ese camino polvoriento.

Xiah—Eres genial...El cochero es de confianza?

Park—Por supuesto, además está medio borracho, pero llegaremos...

Xiah—Piensas en todo...

Park—Merezco un premio.

Jeyuna rueda los ojos—Sin arrumacos en mi presencia.

Al rato

La princesa se sorprende ante todo a su paso, tantas personas en las calles...abre los ojos de espanto, en alguna esquina pudo ver a una pareja en pleno acto sexual.

Xiah ríe—Los verás en cada esquina, aquí la gente es caliente.

Jeyuna sonrojada.

Park—Donde quieres ir en específico, al parque, a la plaza...tal vez quieres ir a la parroquia...

Los dos primos casi se desmayan, cuando ella les ordena que la lleven al burdel. Luego, respirando hondo la llevaron y advierten que no beba nada, que no hable y si alguien le pregunta algo, solo sonría.

Ella ve a las mujeres casi desprovistas de ropa. Jeyuna las observa, todas son muy exuberantes, mira sus propios pechos, tan pequeños. Respira hondo, entonces esas son las mujeres que el capitán frecuenta. Mira a sus primos y les pregunta...

Creen que soy sensual?

Ellos se quedaron mudos, ella hace una mueca—Olvídenlo.

Buscaron una mesa, en un rincón apartado...Tres chicas se acercan, mueven las caderas de manera exagerada.

Hola guapos, que se servirán antes que a nosotras (risas)

Xiah—Quiero un whisky

Park—Yo prefiero Ron...

Jeyuna—Agua miel por favor.

Xiah ríe—Que bromista, beberá lo mismo que yo.

Park—Fíjate, casi metes las patas.

Jeyuna—¡No tengo patas!

Xiah—¡Shhhh!

Jeyuna mira el lugar, cada rincón, ve como las mujeres seducen a los hombres, se sientan en sus rodillas, mueven las caderas, ellos ríen y las acarician. Mira hacia otro costado, algunas parejas suben a un segundo piso. El humo a cigarros la hace estornudar.

Que asco, como pueden soportar ese olor, dice palmoteando el humo.

Xiah—Contrólate.

Jeyuna—Eso trato.

Park respira hondo—Tengo un mal presentimiento.

Xiah—Por qué lo dices.

Park—El objeto de los deseos de nuestra prima llegó.

Jeyuna—¡Donde, donde!

Ambos chicos—¡Shhhh disimula!

El capitán Jung, se sienta cerca de ellos, pide un trago y una mujer se sienta sobre sus piernas, sus manos comienzan a desabrochan su camisa para luego besarle el cuello. Él como si no le importara, bebe una copa de licor.

Xiah mirando la reacción de Jeyuna—Esa cara que tienes, me da miedo, no hagas nada estúpido.

Park—Quédate quieta...

Los dos primos se lamentan—¡Por qué nosotros!

Jeyuna se levantó de la mesa, agarra del brazo a la mujer y la aparta, luego toma la botella que estaba sobre la mesa y vació todo el contenido sobre la cabeza del capitán. Todo sucedió muy rápido. El capitán molesto se levanta y agarra del cuello, pero la reconoció en seguida, la suelta, para agarrarla del brazo y sacarla de ese lugar. Park y Xiah lo siguen.

—¡Qué rayos hacen aquí! ¡Cómo se atreven a traerla a este lugar!

Jeyuna—Mis primos no te deben explicaciones, ten más respeto.

El capitán controlando su enojo—Este no es lugar para una señorita, no entiendo en qué estaban pensando. Ustedes son mayores, se supone que deben aconsejarla y protegerla...No traerla a estos lugares, pudo estar en peligro.

Park y Xiah están callados y quietos como dos niños castigados.

El capitán mira a Jeyuna—Por qué actúa tan irresponsable.

—No me regañes.

—La llevaré de vuelta al palacio, venga...

—No me toques.

El capitán la toma del brazo.

—¡Suéltame!

Dice para luego darle un puntapié y salir corriendo.

El capitán Jung le da alcance y la sujeta de los brazos—Deje de actuar tan infantil.

Como te atreves a hablarme de esa manera, dice ella tratando de patearlo nuevamente.

—¡Escúcheme! —¡No! —Tranquilícese, se hará daño —¡Te importa!? —Me importa, estoy a cargo de su seguridad, es mi deber. —Tu deber...¡te odio!. —Es la segunda vez que me lo dice. —¡Y te lo diré muchas veces más...te odio!

Ella comienza a llorar y el capitán la abraza...Jeyuna empieza a golpearlo—¡Por qué Jung...por qué!?

No la entiendo...

¡Por qué esas mujeres y no yo!...

Jeyuna se tapa la boca, está sonrojada y comienza a llorar y corre...El capitán nuevamente le da alcance...

—¡Suéltame!

Princesa escúcheme...

—¡No quiero! Déjame...

¡Mire mis ojos!...Yo la amo., la he amado siempre...desde el primer momento.

Jeyuna dejó de forcejear, quiso hablar, decir algo pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta, quizás fueron los latidos de su corazón que de alguna manera no la dejaron escuchar nada más.

De regreso al palacio, ninguno habló...Jeyuna se siente tan avergonzada, que no se atrevió a mirar al capitán Jung, a pesar de su confesión de amor.

Estaba sentada al borde de la cama, cuando, se levanta de un brinco...Corre a la habitación de sus primos, abre la puerta y se sube a la cama...da saltos sobre el colchón.

—¡Me ama, dijo que me ama!

Xiah—Voy a llorar...no pudiste esperar hasta que amaneciera?

Park—Una señorita no anda saltando a las camas de sus primos que son hombres y que están en pleno acto amatorio.

¡Estoy tan emocionada! Como decirlo, no se describir con palabras...

Park—Excitada...

Jeyuna—Excitada, que es eso?

Xiah respira hondo—Está niña tiene serios problemas de conducta. Excitada es...

Park—No le des alas.

Jeyuna—Explíquenme.

—Ve a dormir.

—No lo haré hasta que me expliquen.

Xiah—Es lo que estás sintiendo, emoción, cosquillas...es como comer tu fruta favorita, besar a la persona que amas y sentir más cosquillas en tus...

Jeyuna—Cosquillas en mis...qué?

Xiah—Me rindo, quiero que vengan por mí y encierren bajo siete llaves.

Estar enamorado, implican muchas otras sensaciones, pero tu querida prima, empieza como esos cuentos de hadas, todo color rosa. Poco a poco irás descubriendo, junto al capitán todo lo demás.

Xiah se siente orgulloso de Park.

Es querer estar con esa persona especial, estar con él todo el tiempo, pensar en él...sentir que solo un roce de sus dedos enciende todo mi ser. Piensa Jeyuna.

Los mira—Enséñenme a besar.

Ambos—¡Qué!?

Mira niña, tu primer beso debe ser con la personas que amas, es un momento inolvidable.

Jeyuna—Tienen razón. Pero no se hacerlo.

Solo besa tu mano y listo, aconseja Xiah...

Park—Es como morder una manzana, primero se delicada y luego podrás morderlo (ríe)

Jeyuna alza una ceja—Estás bromeando.

Park ríe—Por supuesto, querida prima, no lo pienses tanto...lo harás bien. No queremos que el capitán piense que eres una cavernícola, aunque quien no querría un mordisco del guapo capitán.

Xiah—Puedes repetir lo que dijiste?

Park—Solo bromeaba mi delfincito.

Xiah—Dormirás en el suelo.

Esa noche la princesa estuvo mirándose en el espejo, ensayaba como poner los labios frente al espejo, sonríe, se sonroja. Besar a la persona amada, no debe ser tan difícil...vuelve a sonreír y por fin se durmió.

Al otro día

Como de costumbre el capitán Jung llega al palacio despertando las pasiones de las damas de la corte. Pero el gallardo hombre no tiene tiempo de sonreír. Él tiene solo a una persona en su mente. Luego, camina hacia la habitación de la princesa, respira profundamente. Se detiene y espera en el pasillo.  La puerta se abre y las empleadas se retiran una a una moviendo las caderas para el capitán, pero él no las ve a ellas.

La princesa antes de salir del cuarto, se miró en el espejo y pellizcó sus mejillas...respira hondo. Abrió la puerta, y se encontró con la mirada del capitán.

Buenos días, princesa, dice saludándola con una leve inclinación. Ella está demasiado nerviosa que olvida cuál es su derecha e izquierda. Camina rápido hacia el jardín y se sienta al borde de la pileta, mueve delicadamente el agua con su dedo. El capitán no deja de mirarla, y ella se sonroja aún más.

Mientras mira el agua, piensa—Besar a la persona amada...(respira hondo) De pronto el capitán se acerca—Puedo hablar con usted?

Ella sin dejar de mirar el agua, que poco a poco se va convirtiendo en una tormenta—Si, puedes.

El capitán, carraspeó—Lo que pasó ayer por la noche, yo...discúlpeme, no debí decirlo.

Jeyuna dio un golpe en el agua que hizo que esta se saliera un poco por los bordes, se levanta sin importarle que su vestido quedó empapado—¡Qué quieres decir! Acaso tus palabras fueron mentiras? Solo quieres confundirme más de lo que ya estoy?

El capitán sonríe con cierta pesadumbre—Realmente la amo, pero no puedo soñar con imposibles.

Jeyuna—Imposibles?

—Una princesa y un simple capitán...Dos mundos distintos, el cielo y la tierra nunca podrán juntarse.

Se juntan en el horizonte, dijo ella.

El capitán esbozó una sonrisa, pensó, el amor de la princesa es solo un capricho.

—Pero yo te...

—¡No haga las cosas más difíciles!

La princesa no pudo evitarlo y se puso a llorar. El capitán la abraza—Debe entender, aunque yo la ame con toda mi alma. No puede ser.

Ella lo empujó—¡No vuelvas a abrazarme! Eres un mentiroso, no me amas en realidad.

Dijo aquello y se encerró en su habitación.

El capitán Jung pensó muchas veces en pedir que lo trasladaran a otro lugar, pero...como podría vivir sin mirar esos ojos oscuros y como podría vivir sin esa sonrisa que inunda su alma.

Otro día...

Las trompetas empiezan a sonar, dando aviso de la llegada del rey y la reina. Con ello, el futuro y destino de la princesa Jeyuna está sellado.

El palacio de viste de fiesta, nada puede quedar al azahar, los empleados y sirvientes limpian cada rincón, todo debe resplandecer. El capitán Jung y los soldados visten sus uniformes de gala.

La princesa Jeyuna está feliz, verá a sus padres después de una larga ausencia.

Han pasado tres días desde que llegaron y recién ahora podrá verlos.

El capitán la espera, como siempre en el pasillo. Sonríe al ver una pintura de la Princesa colgada en la pared, es hermosa, aunque el pintor no captó totalmente su belleza.

Voltea a mirar a Jeyuna cuando esta abre la puerta, sonríe.

—Estoy emocionada, por fin veré a mis padres...dime, estoy bonita?

—Hermosa...

En ese momento, en que ambos se pierden en la mirada del otro, la Reina se hace presente. El capitán hace una reverencia. Jeyuna quiso correr y abrazar a su madre, pero tuvo que contenerse, es su madre pero ante todo es la reina, Jeyuna la saluda ceremoniosamente, tan dulce y etérea. La reina la mira con la ceja alzada, fría y distante.

El capitán pudo ver el brillo de sus ojos y deseo abrazarla, pero debe mostrarse también frio y distante. Si los reyes sospecharan de sus sentimientos, la alejarían de ella y esa idea es insoportable.

La reina inspecciona, mira todo, hace una mueca, mira a Jeyuna...levanta su quijada con la punta de su abanico—Hoy será un gran día para ti...así que compórtate a la altura de la situación.

Jeyuna quiso hablarle—¡Madre! (baja la voz) te extrañé...

La reina no contestó ni hizo el menor gesto, salió seguida de sus sirvientas personales.

El capitán le ofrece su brazo—Me permite escoltarla hasta el salón?

Jeyuna sonríe. El capitán Jung tiene la facilidad de hacerla reír y llorar—Quiero oír que me amas.

El capitán respira hondo, sigue caminado, mirando al frente.

Jeyuna—Mi corazón te pertenece (sonrojada)

En el gran salón.

Los reyes en sus respectivos tronos y la princesa a un costado. Todas las personas con algún cargo importante y  títulos nobiliarios están allí presentes,  admiran la belleza de Jeyuna y en cierto modo, el capitán Jung se siente orgulloso, ya que el corazón de la caprichosa princesa le pertenece, aunque sea un amor imposible.

Los consejeros del rey hablan de cuestiones políticas, algunos oficiales dan su punto de vista sobre asuntos de estado y una infinidad de cosas, que hacen que Jeyuna bostece. El rey frunce el ceño y carraspea.

Ella pestañea tratando de no dormirse.

El capitán sonríe con disimulo, la idolatra.

Por suerte han llegado los primos Park y Xiah, Jeyuna sonríe y agita su mano. La reina carraspea y frunce el ceño, la princesa se avergüenza.

El capitán siente deseos de protegerla, incluso de sus padres. Es tan adorable.

De pronto todos miran hacia la entrada, las trompetas suenan y la gran puerta se abre...Un hombre rodeado de seis guardias entran, caminan por la alfombra roja, mientras es anunciado.

—El príncipe Jin Yi Han

Todos los presentes hacen una reverencia, pero de inmediato la mirada del príncipe se posó sobre la princesa.

El rey da la bienvenida al  príncipe...Hubo un intercambio de obsequios y palabras del típico protocolo real. Luego alzando la voz para que todos los presentes escuchen. El rey dará un anuncio.

El príncipe Jin Yi Jan, es el futuro esposo de mi hija, la princesa Jeyuna.

Todos aplauden y todo parece ser un ambiente de fiesta, regocijo y felicidad.

El capitán Jung siente que el suelo se rompe a sus pies.

Jeyuna—Pero...mamá yo no...

La reina fingiendo una sonrisa, y con los dientes apretados—Silencio, no puedes negarte y no tienes permiso para hablar.

Jeyuna mira a sus primos, ellos están tan impactados como el capitán Jung.

Comienza el baile.

La princesa Jeyuna y el príncipe Jin bailan al centro del gran salón, son la admiración de todos.

Todos comentan de lo maravillosamente bien que se ven juntos. Y que por fin la paz reinará.

Tu belleza adornará mi palacio, dijo el príncipe Jin.

No soy una planta, contestó Jeyuna.

El príncipe ríe—Eres graciosa...

El capitán Jung no puede evitar sentir celos, el príncipe tiene su mano  en la cintura de Jeyuna.

Tranquilo capitán, dice Xiah...Ese corazón necio es suyo, agregó Park...El capitán quiso parecer ignorante de esos comentarios—No sé qué quieran decir, los señoritos.

Xiah—Está bien, nosotros no sabemos nada.

Park—Ciertamente. Pero trate que esto, no le afecte...demasiado.

Mientras él ve a la princesa bailar con el príncipe, la ve sonreír y se siente frustrado.

En algún momento de la noche, Park se la arrebata, el príncipe Jin frunció el ceño, lo cual no pareció importarle a Park. Momento que otras damas presentes aprovechan para acaparar al príncipe, lo cual fue muy conveniente.

Park y Xiah se turnan para bailar con Jeyuna, y en cada giro van saliendo hacia el balcón, donde el capitán la espera.

Ella sonríe suspira y apoya su frente en el pecho de él.

Park y Xiah vigilan que nadie se dé cuenta...

—No quiero casarme con alguien que no amo.

—Estoy desarmado ante esta noticia.

—Di que me amas, como yo te amo a ti (sonrojada)

El capitán suspira—La amo, desearía decírselo mil veces al día y en la noche seguir repitiendo que la amo., demostrarle con mis ardientes caricias lo mucho que la necesito y amo. Perdón, fui indiscreto y atrevido.

Jeyuna pestañea, sus mejillas están sonrojadas—Me gusta que  seas atrevido.

Él sonríe, se puede amar a quien ya se ama con toda el alma?

Cuando sus labios se acercan...

Park les advierte que alguien viene.

Una de las empleadas, que tiene el más alto puesto  entre todas las demás sirvientas, alza una ceja—Señorita, El rey y su prometido preguntan por usted. 

Jeyuna tuvo que estar al lado del príncipe todo el resto de la noche. El capitán estuvo cerca, como su guardia personal.

La princesa mira de reojo, como las damas presenten coquetean tratando de llamar la atención del capitán Jung, hace una mueca y murmura una palabra no apta para princesas.

El príncipe Jin que ya estaba algo mareado por tanto brindis, la mira—Definitivamente, adornarás mi palacio y mi cama (piensa). Jeyuna hace una reverencia, excusándose para retirarse a su habitación. El príncipe besa su mano. 

El capitán Jung la escolta por el pasillo.

Buenas noches, princesa...dijo él.

Ella alza una ceja—Así nada más? Baila conmigo.

El capitán sonríe—Desde aquí no se escucha la música.

Jeyuna, tomó la mano del capitán y la puso sobre su pecho (está sonrojada)—Los latidos de mi corazón, acaso no son música para ti?

El capitán Jung respira profundamente, tratando de controlar su ímpetu de besarle con pasión, y traspasar los límites—Usted es mi música y poesía. Por favor, no me torture más.

Jeyuna—Baila conmigo.

El capitán coloca suavemente su mano en la diminuta cintura de la princesa, ella lo abraza y se mecen al ritmo suave de la brisa nocturna.

Luego...

La princesa Jeyuna mira al capitán Jung, sus mejillas están sonrojadas y como si miles de estrellas brillaran dentro de sus ojos...

—Quiero que seas el primero...Mi primer hombre y el único.