Llevaban solo algunos días en la ciudad, cuando dos hombres llegaron hasta el hostal donde se hospedaban...
Dijeron que iban en representación del capitán Jung.
La expresión de sorpresa de Jaejoong, dio paso a una incómoda sensación de angustia.
Uno de ellos habló de asuntos legales, en los cuales él perdería irremediablemente, se le solicitó de buena manera, regresar a la mansión y tal vez llegar a un acuerdo con el capitán.
Cómo supo nuestro paradero?, se preguntaba la Nana...
Tiene amigos e influencias...contestó Jaejoong.
Comprendo, dice la Nana alzando las cejas.
Tomaron su equipaje y los acompañaron al puerto, estuvieron con ellos hasta que abordaron el barco que los llevará de regreso.
—Son ordenes del capitán Jung...se limitaban a decir.
El mar está calmo, no así el corazón de Jaejoong. Hubo caballeros que quisieron acompañarlo en esas noches de luna llena en la cubierta del barco, pero Jaejoong los ignora y vuelve al cuarto...junto a Min.
Algunos días después...el barco atracó en el muelle y más tarde llegaron a la estación.
Un hombre los esperaba y los acompañó hasta que el tren inicio su viaje de regreso al pueblo.
Vaya, vaya, murmuraba la Nana, el Capitán Jung tiene influencias en todas partes.
El vaivén del tren hace bostezar a Min, a ratos se entusiasma pegando la nariz en la ventanilla, sonríe indicando algo que llamó su atención, vuelve a bostezar, duerme diez minutos para luego estar brincando sobre el asiento, mirando el paisaje. La Nana lo sujeta de los tirantes del pantalón.
Llegan al pueblo al anochecer.
El abogado Park está allí esperando en un carruaje...a Jaejoong no parece sorprenderle.
Es lógico que fuera así.
En el trayecto no hablaron ni siquiera se miraron...El abogado Park de vez en cuando mira su reloj de bolsillo, La Nana bosteza y cierra los ojos, Min se ríe de ella...Jaejoong mantiene la vista en el camino polvoriento. Para luego recorrer el sendero hacia la mansión...donde todo comenzó.
Bajó del carruaje, la mansión luce formidable, la entrada está iluminada con faroles a lo largo del camino.
Los sirvientes esperan y se inclinan al saludar, Jaejoong esboza una sonrisa. La Nana se emociona al ver a la antigua cocinera.
Min está feliz persiguiendo a un gatito por el corredor.
Jaejoong recorrió la sala, todo está como en sus mejores tiempos, tantos recuerdos, felices y otros no tanto.
Subió a su habitación, se quedó un momento quieto en el umbral de la puerta, los recuerdos se niegan a marcharse, su escritorio cerca de la ventana, sus esquelas y su perfume...las plumas y las tintas...todo su amor plasmado en palabras.
Abre el armario para dejar su equipaje, hace una mueca, había trajes nuevos en los percheros., calcetines y ropa interior en los cajones...Alzó las cejas cuando vio zapatos y botas junto a la cama...claramente no son de él...Entonces revisó la sala de baño, perfumes y crema de afeitar...Respira hondo, ese aroma delicioso, tan masculino...Frunce el ceño...Llama a una sirvienta y le ordena que saque todo de la habitación.
—Pero, el señor Jung se molestará...
Jaejoong respiró profundamente y nuevamente le ordenó sacar las cosas del capitán y que las lleven al cuarto de huéspedes.
Debo repetirlo una tercera vez?, dijo ya con tono molesto, al ver que la muchacha se quedaba sin hacer nada. Hace una mueca e hizo lo que Jaejoong le ordenó.
Bajó las escaleras y escuchó ruidos en el despacho...su corazón comenzó a latir más de prisa.
Abre la puerta.
Junsu estaba arreglando algunos papeles, al ver a Jaejoong, se inclina y saluda—Bienvenido señorito.
Jaejoong—Te agradezco, que haces...
—El abogado Park lleva todas las cuentas y asuntos importantes de la mansión, el señor Jung le ha encomendado ese trabajo y yo como su ayudante tengo que ordenar su desorden (esboza una sonrisa)
Jaejoong mira todo el cuarto...hace una mueca, quiso preguntar por el Capitán pero no quiso parecer ansioso.
El señor Jung, dijo Junsu, debió salir a la ciudad por asuntos de índole personal...Puedo dar fe, que él deseaba recibirlo.
Jaejoong hace una mueca, cree saber que clase de asuntos son esos, seguro está en el burdel. Las personas como Jung Yunho no cambian. No, no se dejará engañar.
Después de bañar a Min y que este cenara, Jaejoong lo llevó al cuarto, lo cobijó y narró un cuento, de piratas. Se durmió al instante, el viaje fue largo y luego estuvo correteando por toda la sala persiguiendo al inocente gatito.
Más tarde
La Nana le lleva una taza de té, Jaejoong mira las llamas de los troncos que se queman lentamente, llevando un ritmo constante...No puede dormir? pregunta sonriendo.
Jaejoong hace una mueca—No quiero que pienses equivocadamente, pero...esperaba verlo, y así, saber que pretende...
La Nana alza una ceja—Junsu dice que el señor Jung ha cambiado...
Jaejoong tomando un sorbo de té—Él dirá lo que Yunho le diga.
No le dará el beneficio de la duda...dice ella tratando de parecer divertida.
Jaejoong le entrega la taza—Buenas noches Nana, ve a descansar.
Sube las escaleras, su cuerpo está pesado, el viaje fue extenuante...un largo camino. Sin embargo, el sueño está esquivo.
Al otro día y al siguiente Jaejoong tuvo las nuevas fuerzas y energías que necesitaba, pudo descansar y dormir durante todo un día...
Los primeros rayos del sol de primavera se cuelan por la ventana...Escucha la risa se Min jugando con el gatito...Luego mira hacia el valle, alza las cejas, creyó ver humo salir de la antigua casona, la mansión Jung...lo cual es imposible, esa propiedad está abandonada hace años.
Más tarde baja a desayunar, de pronto se preocupa...hace rato que no escucha a Min...Luego, respira hondo, está sentado en el suelo, frente a la chimenea jugando con Junsu.
Escucha las ruedas de un carruaje llegar, mira instintivamente hacia el pórtico, por breves segundos su corazón dio un brinco...luego la decepción, era el abogado Park. Junsu tampoco está muy entusiasmado como tiempo atrás.
Jaejoong alza una ceja—Al parecer abundan las decepciones...
Junsu hace una mueca.
Estás molesto, conmigo, verdad?
Junsu se encoje de hombros—Molesto por abandonarme...?
Jaejoong respira hondo y esboza una sonrisa—A veces hacemos cosas y no pensamos en los sentimientos de los demás, por mucho que los apreciemos.
Junsu—Entonces, si, me estima?
Jaejoong—Mucho., podría decir que tú y Min son mis dos pequeños niños.
Ahora la sonrisa de Junsu fue la más genuina de todas y Jaejoong extrañaba su contagiosa risa.
Otro día y otra noche pasaron...
Min ya duerme en el cuarto contiguo...Jaejoong se tumba en la cama, acomoda la almohada cuando, escuchó voces en la sala...Esa voz.
Baja los escalones, sus pasos se hacen lentos, y se detiene en el umbral de la puerta... puede ver la luz de la chimenea en la sala., misma luz que agranda la silueta del Capitán.
Al instante todo pareció detenerse, todo es silencio. Tantas cosas que decir, y sin embargo las palabras se niegan salir, se quedan atrapadas en la garganta, haciendo presión, sintiéndose ahogado, queriendo gritar.
Nadie dijo que sería fácil.
El Capitán sonríe al verlo, como puede sonreír...como puede fingir que nada sucedió.
Bienvenido (toma las manos de Jaejoong y depositó un beso en cada una) Fue agradable el viaje de regreso? Pudiste descansar?...Estos días han sido un verdadero suplicio, deseaba estar contigo a tu llegada, pero supuse que estarías cansado, por eso quise darte espacio y tiempo. No quise hacerte enfadar. Pero siempre he estado cerca tuyo.
Jaejoong no pudo decir ni una palabra...teme que si dice algo, romperá en llanto y no quiere mostrarse débil ante el Capitán.
Quiere alejarse, pero el corazón es terco...
Ese breve y eterno momento en que solo ambos existen...Jaejoong lo interrumpe, qué pretendes...
"Yo solo pretendo aclarar mis intenciones, tú te preocupas demasiado, si, lo entiendo...Realmente parece ser un buen comienzo, justo aquí...Porque cuando tu corazón esté débil, yo voy a forzar la cerradura en él...Las yemas de mis dedos no me fallarán...No importa lo que tú hagas, el amor que tú aún no puedes ver, está a punto de presenciar un amanecer...Tú puedes dar vueltas y vueltas pero no podrás soltarte...Tú me apartaste y yo te seguiré...otra vez. Soy fuerte y muy paciente cuando tengo que serlo...eso me lo has dado tú...Aún así yo espero el día que me aceptes..."
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