Jaejoong revisa papeles en el despacho. No tiene copia del acta de matrimonio, por lo cual no puede acreditar ser heredero del capitán Jung, frunce el ceño, además firmó un papel donde le cedía todo, por supuesto que con engaños, estaba tan emocionado en aquel tiempo, que pudo firmar cualquier cosa. Podría contratar los servicios de un abogado, pero con que dinero pagaría los honorarios. Respira hondo, incluso ahora el capitán hace que su vida sea miserable.
Una mañana fue a la ciudad, a la mansión, Jung, para ver si podía rescatar esos documentos, que seguro el capitán mantenía en su despacho. Pero los papeles se perdieron en las revueltas y saqueos en el tiempo de guerra.
Si bien Jaejoong es un hombre, ahora, independiente...hay muchas cosas por hacer y el dinero escasea.
Otro crudo invierno llegó, duró lo que tiene que durar, dando paso a la sonriente primavera...el verano no fue distinto.
Con su entereza ha podido sobrellevar todos los inconvenientes que se han presentado en el camino. Sobre todo ahora, que tiene alguien por quien vivir y luchar.
Jaejoong se apoya en el umbral del cuarto, Min duerme...su madre sin ningún sentimiento materno, viajó al extranjero con un millonario hombre mayor. Jaejoong respira profundamente, promete hacer hasta lo imposible para que Min tenga una infancia feliz y amorosa.
Una tarde, mientras Jaejoong toca el piano, Min se sienta en sus rodillas, participando de la melodía, tocando con sus pequeñas manos algunas teclas, y al ver que Jaejoong no se molesta ni arruga el ceño, comienza a reír tocando las teclas con más fuerza.
Un hombre llega hasta el pórtico.
Junsu al parecer se entusiasmó más de la cuenta, sonríe, para salir corriendo y tropezando.
La nana alza una ceja a la vez que agarra una satén—quien es usted, que busca...problemas? se los daré.
Junsu se apresura—el señor es abogado.
La nana se sorprende—que divina providencia.
El atractivo hombre la saluda—estimada dama, tenga usted muy buen día... necesito hablar con el señorito Kim.
La nana sonríe—me llamó dama.
Al rato...
Jaejoong escuchaba atónito las palabras del hombre, Park Yoochun abogado del capitán Jung., Sobre el escritorio, el acta de matrimonio y un documento firmado y notariado, donde Jung Yunho, reconoce a Kim Jaejoong como su esposo y heredero. Además de regresar su propiedad. Otra parte de su fortuna fue destinada para su hijo, dinero que su madre administrará hasta que Min sea mayor. Cabe destacar que ella no tiene derecho a recibir nada, nunca se casaron, obviamente, pero el capitán Jung le dejó una buena cantidad.
Esto hay que celebrarlo, dijo la nana, fue a la cocina y encontró una botella de vino añejo, mientras Jaejoong no acaba de salir del asombro, Park Yoochun abrió la botella, el corcho estaba demasiado apretado, dice la nana.
—Por qué el capitán Jung, haría algo así... usted debe saber bien los pormenores del asunto. Se atrevió a confiarle algo tan indigno?
El abogado Park, afloja su corbata—digamos que el señor Jung y yo mantuvimos una estrecha amistad.
La nana alza la ceja—me va a decir que fueron amantes..?
Park Yoochun casi se ahoga con el licor, de inmediato aclara el asunto—No, señora, por Dios no mantuvimos esa clase de relación, Yunho y yo estudiamos juntos en el extranjero, nos hicimos buenos amigos y confidentes (mira de reojo a Jaejoong).
Jaejoong lo mira con seriedad—aún no me contesta, por qué haría algo así, él nunca tuvo ni el más mínimo sentimiento de afecto hacia mi.
El abogado se queda callado un momento para luego decir—sus ojos pueden intimidar a cualquiera.
La nana carraspea.
Señor Park, dice Jaejoong, no me confunda con palabritas.
El abogado, respira hondo—Yunho me visitó una tarde en mi oficina, estaba melancólico, nunca lo había visto así antes.
Jaejoong lo interrumpe—melancólico?, si no estuviera tan impactado, créame que reiría.
El abogado se pone de pie—volveré mañana, cuando esté tranquilo y pueda asimilar todo.
Jaejoong voltea a mirar las llamas de la chimenea.
Junsu acompaña a Park Yoochun hasta el pórtico, hubiera caminado a su lado por todo el sendero, suspira.
—Que carácter tiene el señorito Kim (comenta el abogado)
—El señorito Kim es una buena persona, amable, pero tuvo que vivir cosas desagradables (contesta Junsu)
Park Yoochun mira hacia la mansión—él recibe caballeros...digo, tiene pretendientes?
Junsu alza una ceja, parece entristecer__al señorito lo pretenden todo el tiempo, pero yo no he visto a ningún caballero quedarse en la mansión o al señorito pasar la noche fuera.
Park Yoochun, sonríe—es un hombre interesante y hermoso. Todo un desafío.
Junsu asiente, aunque parece entristecer más.
Pero, el niño no debería estar con su madre?, pregunta extrañado el abogado, se supone que ella administrará sus bienes.
Junsu hace una mueca, en pocas palabras dice que la "señora" Abandonó al pequeño y se fue con un hombre, que decía ser millonario.
El abogado alza una ceja, es una información importante.
Mientras la nana espía por la ventana.
Esa noche después de cenar...Jaejoong lee un cuento a Min, cuando comienza a bostezar lo lleva a la cama. Luego sale del cuarto procurando no hacer ruidos
Era una agradable noche, así que decidió pasear un rato por el jardín, bajo la luz de la luna. Parece hablar bajito, es un susurro, un murmullo, quizás hable con su alma.
La nana lo observa, sabe que Jaejoong oculta su sufrimiento, la pena de la pérdida...aunque el capitán fue un cretino aquí, en el cielo o el infierno.
Mira hacia la mansión, el pequeño Min llora.
Jaejoong corre a ver al niño, quien llora ahogadamente—tranquilo, solo fue un mal sueño.
El pequeño balbucea llamando a su padre...
Te sientes solo? (pregunta Jaejoong)...yo también (murmura). Lo abraza y poco a poco el pequeño se queda tranquilo y se duerme al calor del pecho de Jaejoong.
Al día siguiente el abogado Park Yoochun volvió a la mansión, Jaejoong mantiene una ceja alzada, vino a decir lo mismo que dijo ayer?.
Park Yoochun carraspea—temo que aún no entiende la magnitud de la fortuna que ahora tiene en sus manos.
Jaejoong—diga lo que vino a decir, quiere que lo contrate como mi abogado?
Park Yoochun, esboza una sonrisa.
Jaejoong—lo tengo que pensar, señor Park.
Mientras lo piensa, podría invitarlo a...
—Ni lo piense, abogado Park.
La nana lo invita a comer, a pesar de la mirada fría de Jaejoong.
Junsu y la mujer parecen estar encantados con la simpatía del abogado. Jaejoong hace una mueca, realmente es atractivo y agradable.
El abogado Park cuenta algunas anécdotas, Jaejoong no pudo evitar reír, momento que aprovechó el atractivo hombre—todo mi esfuerzo se ve recompensado con una sonrisa suya.
Junsu dejó de sonreír., es evidente el interés más allá del trabajo de Park Yoochun por el señorito Kim.
Jaejoong arruga el ceño—algo me oculta señor Park, no me engaña.
El abogado responde, sonriendo encantadoramente—pues permítase conocerme y descubrirá si realmente escondo algo.
Jaejoong lo invita a sentarse, él se siente en frente y sin quitarle la vista de encima, pregunta__por qué no vino antes, ya que los papeles estaban en su poder.
—Me encontraba en el extranjero.
—Piensa que no soy capaz, que no podré administrar esa fortuna...?
—Me parece que el señorito Kim está a la defensiva, confíe en mi.
—Yo elijo en quien confiar, abogado Park.
—Como diga, pero pienso que nosotros podríamos...
—Nada de nosotros, abogado Park, si quiere el trabajo es suyo, pero no trate de traspasar el límite. Nuestra relación es y será netamente de trabajo, entendido?
—Ya entendí.
—No sonría.
Min reclama la presencia de Jaejoong, le gusta sentarse en sus rodillas, mientras toca el piano.
Park Yoochun lo mira, Junsu carraspea para llamar su atención—se quedará en el pueblo señor Park?
El abogado hace una mueca—tendré que hacerlo, al no haber un lugar más cercano a la mansión. De todos modos estoy viajando de un lugar a otro.
La mansión es grande y hay muchas habitaciones, dice Junsu, seguro al señorito Kim no le molestará hospedarlo.
Park Yoochun sonríe—eres muy amable, amiguito.
Junsu hace una mueca, "amiguito", eso es peor que ser rechazado.
La nana—si gusta prepararé un cuarto para usted.
Jaejoong carraspea.
Park Yoochun—bueno, bueno, ahora me voy, aunque ya es tarde...espero que no bajen los lobos de la montañas, la noche está oscura y...
Jaejoong rueda los ojos—está bien puede quedarse, pero ya cállese.
Min tironea la punta de su camisa, haciendo notar que tiene hambre...
Es un niño de pocas palabras, comenta el abogado, Jaejoong alza una ceja—en cambio otros hablan demasiado.
Es mi oficio, se defiende Park Yoochun. Con mi inteligencia y encanto he ganado muchos alegatos.
Jaejoong sonríe—no lo dudo. Puede usar el despacho, Junsu trabajará con usted.
El abogado alza una ceja—no necesito ayudantes.
Jaejoong lo mira con suma seriedad__no me importa si necesita ayudantes o no, lo mantendré vigilado...Junsu trabajará con usted y no se diga más.
Park Yoochun sonríe—totalmente de acuerdo con usted.
No haga que me arrepiente de haberlo contratado, dice Jaejoong subiendo a su habitación.
El abogado respira hondo, luego sonríe—tal como lo describió.
Se aproxima un nuevo aniversario...
Esa mañana, la brisa marina lleva los pensamientos de Jaejoong, y trae otros de vuelta, Min aprieta su mano e indica—¡appa!
El niño indicaba un barco a lo lejos en esa línea que separa el mar del cielo.
Luego caminan por el muelle, Jaejoong compró un ramo de flores...Min le ayudó a tirarlos al mar, el oleaje no quiere llevarlos dejándolos a orillas del puente.
De regreso...
Park Yoochun, está en el despacho, se pone de pie cuando ve entrar a Jaejoong...este alza una ceja, ya es tarde, sigue trabajando.
—Necesito hablar con usted
—Algún problema?
—Es sobre una cantidad de dinero, que supongo habrá notado...
—Que falta, precisamente le iba preguntar sobre eso.
Park Yoochun, camina por el despacho—verá, señorito Kim, esa cantidad la administro, yo, a petición del capitán Jung...es decir. Es un préstamo.
Jaejoong alza una ceja—préstamo...?
—Tengo un pariente, enfermo, el capitán Jung me cedió esa cantidad para traslado, hospitales...medicamentos. Pero con la promesa de devolver todo, cuando mi pariente se recupere, pero ahora, mi deuda es con usted.
Jaejoong se quedó un rato sorprendido, lo miró otro rato, respira hondo—y su pariente, está en la ciudad?
—No, lo trasladé a un hospital en el extranjero.
—Y si no es mucha indiscreción, es grave?
—No, el médico dice que con terapias, podrá volver a ser un hombre normal.
—Me da gusto escucharlo.
—Pero es un hombre terco, necesita un incentivo...(carraspea) es lo que dice el médico.
—Usted es su único pariente?
—No, él tiene un hijo...
—Incentivo suficiente.
Park Yoochun sonríe—eso es cierto, pero además el hombre vive sumido en la culpa, necesita el perdón de la persona que ama. Precisamente, por esa "persona" lucha cada día para poder ponerse de pie. (Carraspea) Existen muchas historias semejantes.
Espero que su historia tenga un final feliz, dice Jaejoong para retirarse...Antes de salir del despacho lo mira—y no se preocupe por la deuda.
—Aprovecho de informarle, si usted me lo permite, que viajaré la próxima semana a ver a mi pariente.
Jaejoong—Espero su pariente se recupere pronto.
Camina hacia la habitación, Min duerme en su cama...Jaejoong se sienta frente a una mesa, un pequeño escritorio con vista al jardín, donde tantas veces sacó una esquela perfumada y escribió sentidas palabras a su prometido.
Jaejoong botó a la basura todas las cartas que había escrito y guardado con la esperanza que el capitán las leyera alguna vez con amorosos ojos.
"Cuando se apaga el amor, el corazón se queda en llamas, cuando se acaba, se acabó. No hay refugio en las palabras, es una herida que no sana. Te esperé, llegué a sentir que me moría, te esperé, como la luna espera el día. Lo intenté, pero continuó la vida...Te esperé..."
Y no lloro por ti, lloro por mis sueños que no pudieron ser.
La mansión comenzaba a florecer, como en sus mejores años, Jaejoong contrató a una pareja, cocinera y jardinero, personas que demostraron ser de fiar. También tenía empleados que trabajaban sus tierras. En otros tiempos, no hubiera podido llevar toda esa responsabilidad sobre sus hombros, a veces, las cosas pasan por un bien mayor, solía decir la nana.
El pequeño Min, ya cumplió cinco años.
—¡omma Jaejoong! Grita para arrojarse a sus brazos.
Min es la alegría y la serenidad en días grises.
Ocurrió que...
La nana cayó enferma, el doctor del pueblo dice que será mejor enviarla a la ciudad, Jaejoong no lo pensó dos veces, la llevó al hospital, no fue mucho lo que pudieron hacer por ella...sería necesario someterla a una operación, pero no cuentan con los instrumentos necesarios. La única esperanza es llevarla al extranjero.
Por supuesto que la mujer se negó a viajar, dice que ya está vieja, que su hora llegó...Jaejoong le sonríe—no seas cobarde, será entretenido, como unas vacaciones, haremos la mitad del viaje en tren y luego abordaremos el barco que nos llevará a Inglaterra.
Y los niños?, pregunta la nana.
Jaejoong sonríe, a Junsu no le agrada que lo llamen "niño" pero es muy joven aún.
Junsu y Min viajarán con nosotros.
...
Quizás allí comience una nueva historia.
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