La nana ve llegar a Junsu, seguramente trae otro descabellado mensaje del capitán cretino, dice, Jaejoong esboza una sonrisa, y antes que Junsu entregue la nota, Jaejoong le dice que no aceptará más mensajes, que el capitán Jung sabe bien cuales son sus condiciones, si quiere el divorcio. Junsu respira hondo y se dispone a tomar el rumbo de regreso. Muchacho dice la nana, descansa y quédate a comer con nosotros...cual es la prisa, Junsu mira a Jaejoong este asiente.
El muchacho sonríe—la verdad lo agradezco, me duelen los pies, por tanto mensaje de ida y vuelta, obviamente me traslado a caballo pero incluso me duele el trasero. Se queda callado y avergonzado.
Jaejoong y su nana ríen.
Suelo hablar mucho cuando estoy nervioso, se disculpa.
Jaejoong no deja pasar la ocasión para preguntar por el pequeño Min.
Junsu—es un niño muy despierto, inteligente para su edad, ni siquiera cumple el año. Pero llora mucho, la señora, dice que tiene un hambre feroz y eso la irrita, quiere enviar al pequeño con sus abuelos, el señor Jung se niega, discuten constantemente. Ella dice que por el niño no puede hacer vida social, yo creo que se embarazó para atrapar al capitán...(nuevamente se queda callado)
La nana—mujer sin corazón, un hijo lo es todo.
Jaejoong respira hondo y aunque él nunca tendrá el don de dar vida, siente al pequeño Min como suyo, quisiera verlo.
La nana alza una ceja—el capitán sigue visitando los burdeles?
Junsu—la verdad y lo cual es extraño, ya no va a menudo...solo cuando la necesidad es grande, es lo que dice.
Jaejoong camina hacia la ventana, mirar hacia el sendero de alguna manera lo calma.
La nana continúa—que hay del joven marino.
Junsu—el capitán dejó de buscarlo.
Jaejoong mira a la nana—deja de atosigar al muchacho con tus preguntas, aquí a nadie le interesa lo que haga o deje de hacer el capitán Jung.
La nana y Junsu se disculpan.
En ese momento se siente el galope de un brioso caballo, es el coronel, dice la nana, Junsu alza una ceja. Jaejoong sonríe y sale a su encuentro. Vio la manera cariñosa e intima en que ambos se saludaron. No entraron por la puerta principal, caminaron rodeando la mansión, para luego subir a la habitación por la puerta trasera.
Puedo preguntarle algo, dice Junsu, la nana niega con la cabeza—muchachito, no has visto nada.
Pasaron algunas horas, Junsu los ve bajar, claramente su actitud sospechosa los delata. Pero no es mi asunto, piensa Junsu, el capitán Jung tiene amantes, es justo que el señorito Kim también los tenga.
Al regresar a la ciudad, tartamudea, no quiere dejar escapar lo que sabe...Yunho lo conoce bien, y sabe cuando miente o cuando trata de ocultar algo. Finalmente Junsu le contó lo sucedido.
Está tan enojado, tan lleno de ira y rencor, que necesita desquitarse...de cualquier manera, de cualquier forma en que Jaejoong aprenda que es una posesión más, la cual puede tomar y usar.
Sucedió que el coronel y Jaejoong viajaron a la ciudad...parece un oasis en aquella débil paz que amenaza con terminar en cualquier momento. Pasean del brazo por las calles, por supuesto no pasan inadvertidos. Por la tarde acudieron a un teatro, todo entretenimiento es válido y el teatro era un lujo solo para gente de sociedad. Por supuesto que el capitán y su mujer acudieron. Yunho bosteza, las voces de las sopranos lo aburren, más bien toda su atención la tiene una pareja que sentada en uno de los balcones disfruta de la obra. Si las miradas mataran.
Al salir no pudieron evitar encontrarse con el capitán y su mujer. Tampoco Jaejoong pudo rechazar la invitación a cenar en la casa de Yunho. Ella insistió.
Fue una noche extraña, de insinuaciones y provocaciones, donde siempre uno sale herido.
Después de cenar y hablar de temas cotidianos y frívolos, el coronel recibió un mensaje, debía marchar de inmediato. Jaejoong se iba a alojar en un hotel, pero nuevamente ella insiste en que se quede a dormir en la casa de su "primo", negarse repetidas veces, sería sospechoso así que aceptó. Notó la sonrisa siniestra del capitán.
Yunho buscó la manera para irritarlo, para hacerlo sentir culpable...pero Jaejoong no cayó en su juego, menos cuando el hombre que dice ser un ejemplo de virtud no lo es.
Respira hondo, debió ser mas firme y no haber aceptado quedarse en esa casa. Es una situación extraña. En algún momento aprovechó para ver a Min, el pequeño duerme, Jaejoong acaricia sus mejillas.
Tal vez Lady Jeyuna pudo darme un hijo, lástima que tú no puedes...
Jaejoong voltea y se encuentra con la risa retorcida del capitán...Quiso salir pero Yunho le obstaculiza el paso—podemos ponernos cariñosos.
La voz de ella se escucha...
Jaejoong alza las cejas, tu esposa te llama, ve con ella...ya que no provocas nada en mi (desafiante) tengo un hombre que si es un hombre.
El capitán aprieta los puños, quiso golpearlo a la vez que deseaba abrir sus piernas y hundirse como un barco en alta mar.
Eso quieres?, que la complazca, está bien, escucharás sus gemidos y veremos quien es más hombre (se acerca, casi rosando sus labios) te excitarás tanto que tendrás que rogarme que te toque.
Jaejoong lo empuja y sale del cuarto...el capitán mira a Min que sigue dormido. Se apoya en la muralla, respira hondo, tal vez está perdiendo la razón.
Definitivamente no debí quedarme, piensa Jaejoong mientras camina por la habitación de huéspedes...Todo es tan absurdo. Luego el silencio se interrumpe por los gritos exagerados de la mujer que a viva voz pide más y más.
Min despierta llorando, Jaejoong acude a verlo y tranquilizarlo...Yunho también llega, estaba sudoroso y no llevaba camisa. Sonríe de medio lado, pido disculpas dice, en tono irónico, siempre es así...pero tú ya sabes. Soy grande.
—Maldito engreído.
—Está celoso señorito Kim, puedo remediar eso.
—Ni siquiera respetas a tu hijo?
—Min es todo, lo demás son títeres.
Pues yo no soy tu títere, y ve regresando lo que me pertenece, solo entonces te daré el divorcio.
El capitán Jung alza una ceja, luego sonríe—sabes que conservo tus cartas?, son tan graciosas y cursis. Por Dios como puedes ser tan meloso.
—Nunca lo entenderás, alguien sin corazón que puede saber de romanticismo.
—Romanticismo?, eso es (ríe) perdón, es que me haces reír.
Jaejoong acostó a Min en su cunita, mientras murmura—no se como pude amarte, porque te amaba en verdad...yo solo quería hacerte feliz (lo mira) me he preguntado, por qué me odias tanto, que te hice...pero ahora no me interesa saber la razón, ya no te amo y cuando ya no se ama, lo demás carece de interés. Jung Yunho ya no significas nada.
El capitán se quedó en silencio, con la mirada fija y sombría. Jaejoong salió de la habitación, Yunho se quedó un rato más sin decir ni hacer nada. Luego de un rato, respira profundamente__no te permito dejar de amarme.
Al día siguiente
Yunho ve a Jaejoong irse con el coronel Henney. Mantiene el ceño fruncido y a ratos da de golpes en la pared.
No lo amo, ni siquiera tengo sentimientos de simpatía hacia él, se dice a si mismo, pero me está desafiando y no permito que otros toquen mis pertenencias, porque eso es Kim Jaejoong para el capitán Jung, un objeto precioso.
Lo quiere dejar ir y a la vez no quiere perderlo. Una sola vez lo probó y se puede decir que se hizo adicto a su humedad. Ese sabor debe ser como la ambrosía de los dioses y no permitirá que otro lo disfrute. Si, esa es la razón, ninguna otra, ningún otro motivo que involucren sentimientos.
El coronel Henney tuvo que acudir a un campamento, por lo cual Jaejoong se quedó en la habitación de un hotel, pretende salir en la mañana de regreso al pueblo. Se despidió del coronel con un fugaz beso, que poco a poco se fue profundizando, el coronel sonríe--mejor me voy ahora de lo contrario, lo haré aquí mismo, Jaejoong sonríe.
Al rato golpean la puerta, Jaejoong pensó que era el servicio a la habitación, pero apenas abrió, el capitán Jung irrumpe. No tuvo tiempo para reaccionar, ya que Yunho lo acorraló contra la pared y lo besó tan bruscamente, tan intenso que a Jaejoong le temblaron las piernas, quiso alejarlo, pero ya no tiene fuerzas para resistirse, el capitán tiene el dominio completo.
Ríe contra sus labios—no puedes dejar de temblar, tan solo un beso y ya estás entregado, que simple señorito Kim. Seguro todavía no lo haces con el estúpido del coronel, de lo contrario no reaccionarías así. Te tengo.
Jaejoong respiró profundamente—eres bueno con las palabras, y las ironías. No te creas el mejor amante. No tienes escrúpulos ni dignidad.
Vine a tomar mi dosis de ti, no quiero entablar una conversación de valores contigo.
No te atrevas, dice Jaejoong tratando de escapar de los brazos de Yunho.
Soy tu esposo, tengo derechos sobre ti, lo sabes...
—Pero no me amas, por qué entonces.
—Amor...?
El capitán lo dejó respirar, se alejó para sentarse al borde de la cama, lo mira—definitivamente me aburres, allá afuera hay miles de mocitos dispuestos a complacerme, mejores que tú, y más diestros en la hora de amar. Deberías ser agradecido, mi tiempo no lo desperdicio con cualquiera.
Por qué me lastimas, pregunta Jaejoong.
Yunho alza una ceja—porque te metiste en mi vida.
Que significan esas palabras, para Jaejoong no tienen sentido. Es odio o amor. Definitivamente no es amor.
El capitán hace una mueca y bosteza, ven aquí, haré mi asunto y me marcharé.
—tu asunto?
—no seas remilgoso.
Eres un desgraciado, dice Jaejoong, comenzando a tirar lo primero que encuentra...En ese momento llaman a la puerta, Yunho se esconde en un cuarto contiguo, Jaejoong abre, era el coronel Henney...había vuelto__no fue necesario mi presencia en el campamento, pero, que pasó aquí...?
Jaejoong—había un insecto, grande y asqueroso.
El coronel ríe.
Jaejoong lo abraza—te extrañé.
Mientras el capitán Jung observa desde la otra habitación.
Que puedo hacer por ti, dice acariciando sus mejillas, Jaejoong lo mira fijamente—Daniel, hazme al amor...ahora.
El capitán vio la danza de sábanas que pronto cayeron al suelo, los gemidos de Jaejoong son dagas que se clavan en su frío corazón. Los escuchó gritar y acabar juntos para luego sellar el acto con un beso y quedarse dormidos abrazados.
Pudo haberlos asesinado allí mismo, nadie se hubiera dado cuenta.
Silenciosamente caminó hacia la puerta. Voltea a mirar a Jaejoong, en los brazos de otro hombre. Su respiración aun está agitada.
Caminó por las calles sin rumbo definido, solo quería avanzar y alejar de su mente los gemidos de Jaejoong. No tiene sosiego, ni calma.
Algunos días después...
El coronel Henney tuvo que partir a una misión a varios kilómetros de distancia, besó las manos de Jaejoong y prometió regresar. Si Dios quiere y el destino está a favor el conflicto acabará pronto, entonces lo presentará a su madre y hermana como su novio.
La nana estaba en el pueblo vecino, el cochero la llevó a visitar a su familia. Por ende Jaejoong se quedó solo en la mansión. Pero no teme, su peor miedo ya quedó atrás.
Es una primavera inconstante, a ratos el sol brilla en lo alto calentado el valle, luego las nubes se oscurecen y se desata la tormenta. Jaejoong está frente a la chimenea, escuchó ruidos, se queda atento, es el relincho de un caballo, sonríe, pensó que el coronel Henney regresaba antes de tiempo.
Al abrir la puerta, ráfagas de viento entraron y apagaron la luz de las velas. Las llamas de la chimenea agrandaba la silueta del capitán Jung. No dijo nada, ni antes ni después. No cedió a la negativa de Jaejoong. Quería escucharlo gemir.
Horas después...
Ya pasaba del mediodía cuando la nana llegó, todo estaba en silencio, en la chimenea solo humeaban cenizas. Subió al segundo nivel, caminó nerviosamente, está claro que algo sucedió, golpeó la puerta del cuarto de su señorito, no contestó.
Jaejoong permanece sentado en la tina, a ratos pasa una esponja por todo su cuerpo, queriendo sacarse de encima, el aroma del capitán Jung.
Anochecía cuando decidió salir, la nana no quiso preguntar nada, él lo dirá cuando sea el tiempo de las confesiones. Está preocupada, vomita todo lo que come. Ha vuelto a sentarse a esperar frente al pórtico., que espera...una frase de perdón, de arrepentimiento...El amor y el odio van tan unidas que se pueden confundir como una sola.
El capitán Jung no volvió a ser el mismo. Acostumbraba a caminar en medio del conflicto, mientras todos corren a protegerse, parece que él busca la muerte.
Comenzaba a atardecer cuando llegó a la cripta familiar...se aferra a los barrotes de la puerta, un ángel de mármol custodia las tumbas. El capitán esboza una sonrisa, luego alza una ceja__estás orgulloso, papá...? mira en lo que me convertí. Soy tu fiel reflejo y no me siento orgulloso, ya que te odio. Mataste mi último sueño.
Los días pasan, uno tras otro, a veces con pereza...Jaejoong vio el sol asomarse detrás de una nube gris, era un conflicto entre ambos, quien ganaría, la nube o el sol...Cuando finalmente los rayos del solo cubren el valle y las hojas se ven más verdes, una lágrima comenzó a caer, sin motivo aparente.
Sucedió una tarde, cuando las aguas del mar estaban quietas. El capitán Jung vio cubrirse el cielo de nubes negras., es la calma que precede a la tormenta.
Cuando el viento arrecia y un relámpago quema las ataduras de un mástil...el último pensamiento del capitán Jung Yunho fue para Jaejoong.
"Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma..."
Dos años duró el conflicto, algunos celebran la victoria, otros lloran la derrota.
Al tercer año Jaejoong depositó la última ofrenda floral que el oleaje marino se encarga de llevar.
Hola!!! Hasta ahora lo leo, me gustó mucho, demasiado trágico, me sacaste las lágrimas al final... Un estilo diferente, pero bien logrado, gracias!!! Muchos saludos, Ani.
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