Los primeros rayos del sol comenzaron a bajar lentamente por los muros cubiertos de hiedras, algunas mariposas revolotean y pelusas suspendidas por el viento hacen cosquillas en la nariz de Jaejoong, aguantó estornudar...un grupo de monjes pasaron cerca de allí. Hace una mueca, aléjense dice en voz baja, casi un susurro. Cada noche camina en la oscuridad, mientras las sombras fantasmales se quitan de su camino. Esa noche esperó ver nuevamente al demonio montado en aquel brioso caballo. No pudo ver su rostro y esa idea lo entusiasmó de manera misteriosa y excitante...quien conoce el verdadero rostro de un ángel caído?
Volvió a la celda y fingió dormir. Solo pasaron algunos minutos cuando un monje con un manojo de llaves abre la puerta. Miró la cerradura, no hay evidencia de haber sido abierta, miró la ventanilla a lo alto, solo un animal pequeño podría escapar por allí—Oye, ángel sin alas, ve al comedor (dijo en tono irónico) Jaejoong se incorpora, no contesta, no habla, pero el monje sintió su mirada y por unos segundos perdió el aliento., al punto de hacerlo desfallecer.
Nadie puede hablar ni murmurar...Las murmuraciones, son cosas del demonio, susurra palabras obscenas, seduce e invita a pecar. No lo escuchen, rezaba un sacerdote.
Jaejoong esboza una sonrisa irónica, tan hermoso...tan condenadamente tentador.
Uno de los monjes traga saliva, se pone de pie...al parecer el demonio susurró cosas obscenas en su oído. En su celda se flageló.
Más tarde leyeron y estudiaron las santas escrituras, siempre bajo vigilancia. Cada novicio lee un versículo, cuando es el turno de Jaejoong este simplemente mira en dirección al vitral, una escena de ángeles y demonios.
El sacerdote se acerca, pero cuando Jaejoong volteó a verlo...este dejó caer la varilla con la cual pretendía castigar la desobediencia, se quedó en estado catatónico por algunos segundos y luego retrocedió. Se sentó de golpe y permaneció así por un largo rato.
Jaejoong salió y caminó hasta el corredor, los otros lo siguen, despertando la curiosidad de los soldados.
El capitán Yunho llegaba en ese momento, desmonta su caballo...fue cuando vio al grupo de novicios quietos, en medio del patio. Sintió angustia., apretarse el pecho...que desagradable sensación de sentirse vulnerable ante la presencia de algo que no puede ver ni tocar. Algo que lo inquieta hasta el punto de la emoción. Pero no se detuvo a pensar que esa sensación podría provenir de uno de los novicios. No quiso seguir escuchando lo que no puede comprender y decidió alejarse, pero escuchó un rumor en forma de susurro, y, se quedó quieto sin alzar la mirada, como si su consciencia le advirtiera sobre una luz cegadora.
Estamos en tiempos oscuros, repetía sin cesar el sacerdote mayor. La mejor manera de alcanzar la salvación es ofrecer nuestro dolor en sacrificio por las almas pecadoras.
El capitán Yunho hace una mueca—Patanes.
Luego mira al grupo de novicios que desaparecen a lo largo del corredor. (Siente una imperceptible sensación)
Que sucede, pregunta Changmin, algún novicio te robó el alma?
—Muy gracioso...
El sacerdote encargado se acerca, no tiene buena cara...carraspea.
Por órdenes del emperador JiHan, los soldados podrán asistir a la sagrada liturgia. Los novicios asistirán a los soldados heridos.
Los sacerdotes no están de acuerdo, pero es mejor mantener buenas relaciones con el emperador, fue lo que aconsejó el santo padre.
Los invito, dijo el sacerdote, a presenciar uno de nuestros actos de fe., tal vez puedan tener una opinión más profunda de nuestra comunidad. El santo padre, por su gloriosa benevolencia, ha permitido que sus ovejas descarriadas sean testigos de nuestra manifestación de amor. En la santa misa.
Esperamos con el favor de su Dios poder irnos lo más pronto posible. Contestó el capitán Yunho.
Mi Dios también es suyo, es de ustedes, de todos los que creen...y también es piadoso con los pecadores.
El capitán Yunho rueda los ojos.
Alabaremos al señor...
Changmin carraspea—Donde queda ese burdel que visitaste?
El sacerdote se puso rojo de rabia—¡Pecadores, impíos, fornicadores!
El capitán Yunho lo mira—Usted con sus ovejas santas, nosotros con las cortesanas.
El sacerdote se persigna—Es usted realmente un demonio.
Muchos de los sacerdotes y monjes practicaban el auto-castigo, la flagelación y otras formas de torturas personales.
Ninguno trató de volver a tocar a Jaejoong, por alguna razón temen ante esa fría mirada y esa encantadora sonrisa. Por eso lo mantuvieron en una celda a parte de los demás novicios, para que estos no caigan bajo la placentera tentación de su hechizo. El último sacerdote que intentó tocarlo, murió al poco tiempo de un infarto.
Un monje que no pudo evitar la tentación, enloqueció.
Para los demás novicios, Jaejoong es un ángel real. Hermoso y letal. Para los sacerdotes es un encantador demonio, seductor de almas, por lo cual es necesario mantenerlo dentro del monasterio.
Changmin—Entonces, capitán Jung...aceptarás la invitación a orar con los sacerdotes?
Ni aunque el mundo estuviera cayéndose a pedazos y el infierno a mis pies me arrastrara.
—No te da curiosidad? Los ángeles bajarán del cielo a curar nuestra alma pecadora (tono divertido e irónico de Changmin)
Cada vez me convenzo más que estos sujetos con batas están cada día más locos, contesta Yunho.
Cuidado, dice Changmin, la locura puede ser contagiosa.
Yunho mirando en dirección a las celdas de los novicios—Me gustaría conocer un ángel de aquellos, saber si puedo despertar su pasión diabólica.
Changmin finge espantarse y se persigna—Hombre pecador, eres el demonio en persona.
Esa noche
El capitán salió al patio, hacia las ruinas de un costado...solía jugar allí cuando niño...se apoyó en lo que resta de la muralla y fue cuando creyó ver algo que se mueve más allá, una forma, una silueta blanca. No se quedó con la duda, así que caminó decidido, no teme a nada ni a nadie. Se detuvo, miró todo alrededor...supuso que fue su imaginación, había bebido mucho la noche anterior y las cortesanas lo habían dejado casi sin fuerzas, sonríe. Fue cuando volvió a escuchar un rumor en forma de susurro "Mírame" Tragó saliva, no hay nadie cerca ni lejos. Siguió caminando y entonces lo vio...
Un ángel.
CONTINUARÁ...?
Tal vez.
Uy, estoy deseando que se vean, que suspenso. Es que Jae es la tentación personificada. Muchas gracias, me encanta!!!
ResponderEliminarGracias por comentar.
EliminarQue suspenso
ResponderEliminarYa quiero que se vean y saber que hacen!!
Gracias
N.e:éxito con esta historia^^
Muchas gracias.
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