Y el cumpleaños de Jaejoong llegó. En resumidas cuentas, pasó la mayor parte del tiempo con el idiota de Henney quien le regaló un anillo que brillaba más que una linterna. Olvidaba decir que el anillo venía con aros y gargantilla incluida. Toda una fortuna que, yo, jamás podría tener aunque cortara el pasto de todo el país.
Me quedé a un lado, observando a los amigos del idiota, tan idiotas como el mismo idiota de Henney. Hablan de grandezas, yo hago una mueca, hijitos de papá…nada han logrado por esfuerzo propio.
Cuando cantaron el famoso “cumpleaños feliz” Henney se acaparó a mi Jaejoong, pero él me agarró del brazo, dijo que su mejor amigo debe estar junto a él, siempre…Noté cierta mueca de disgusto del idiota de su novio. De hecho nos lanzamos descargas eléctricas con la mirada, un fuego cruzado. Besé en la mejilla a Jaejoong, yo, primero yo…Luego el imbécil lo besó en los labios, tuvimos que carraspear para que lo dejara respirar…por un momento pensé en convertirme en un asesino., patearlo en el suelo, sacarle las entrañas y dárselas a las hienas. Esos amables pensamientos se van cuando Jaejoong acerca una cuchara con un trozo de pastel a mi boca…yo…comería todo lo que él quisiera darme. Cuando la música comenzó a sonar, fuerte y alegre, yo hice gala de mis talentos, Jaejoong aplaude y sonríe, lo tomo de la mano y hago que gire conmigo, ríe y se apoya en mi pecho…dijo que no sabe si es efecto de la champagna o el perfume que me vacié. Tan bromista, quise castigarle con caricias y besos apasionados. Nuestro pequeño universo de algunos segundos fueron interrumpidos, por quién?...si, por el idiota de Henney.
Apoyó su brazo sobre los hombros de mi Jaejoong, nos miró a todos y sonrió de medio lado, alzó una copa, todos lo imitaron…Agradeció la asistencia, quien se cree, pienso yo…Alzó un poco la voz, ahora mi novio y yo tendremos una celebración privada, dijo.
Los idiotas de sus amigos, comenzaron a reír y darle palmaditas en la espalda, diciendo cosas estúpidas como “Maestro” “Gurú” “Sensei”…”Macho alfa”…y toda esa porquería. Miré a mi Jaejoong, estaba claramente avergonzado. Su sonrisa era fingida, lo conozco bien. Que debería haber hecho…? Evitar lo inevitable? Estaba avergonzado, es cierto, pero también es cierto que está enamorado de ese idiota y sé bien que en cualquier momento ellos tendrán sexo. Tan clara y cruel es la verdad.
Cuando salí, él corrió detrás…caminó un momento a mi lado, me detuve…susurré—Estás seguro?
Se encogió de hombros, lo amo…dijo.
Luego alzó una ceja—Y mi regalo?
Yo respiré hondo—Lo olvidé…
Él arruga el ceño—Si no me lo das , lloraré.
Vuelve a respirar hondo—Chico caprichoso.
Él hace una mueca divertida, yo sonrío y saco un pequeño envoltorio de mi bolsillo…ahora sus ojos brillan y su sonrisa encantadora me sigue condenando.
Es algo insignificante, le digo...Jaejoong arrebató el pequeño obsequio de mis manos.
Oh Yunho, dice…lo recordaste.
Yo sonrío…
Hace más de seis meses, en una feria artesanal a la cual fuimos…Jaejoong había quedado enamorado de un colgante con un elefantito tallado. Aquella vez no pude comprarlo.
Ahora lo mira y sonríe…sus ojitos brillan—Esto significa mucho.
Gracias dice y me besó la mejilla. No debería hacer estas cosas, no sabe que me mata despacio y dulcemente.
El idiota de Henney llegó hasta el jardín donde estábamos…hace una mueca y finge una sonrisa—Cariño ya todos se han ido, vamos a la habitación tengo…un gran obsequio para ti.
Jaejoong pestañea—Otro obsequió, ya me diste demasiado.
Henney sonríe y acaricia su mejilla—Me encanta lo ingenuo que aparentas ser.
Jaejoong ríe.
Henney alza una ceja, le quita el colgante de las manos y alza para mirar de cerca—Y esta cosa?
Jaejoong sonríe—Yunho me lo regaló, es encantador, verdad?
—Oh si, muy pintoresco.
Yo hago una mueca, meto las manos en mis bolsillos para evitar que vayan a dar en la cara del idiota.
Esa noche me quedé sentado frente a la ventana, masoquista solitario…la luz de su habitación sigue encendida…luego veo siluetas que se unen, y la luz se apaga.
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