Jaejoong retomó sus estudios y comenzó a salir con amigos, más de alguno le susurró palabras sucias al oído y con ello una invitación a perderse por alguna callejuela, donde las luces de los faroles no los pueda interrumpir. Pero Jaejoong no los escucha y se aleja. Se siente molesto, por qué siempre son patanes?.
Está lejos de sentirse atraído.
Encontró un trabajo de medio tiempo., en una florería.
Sus noches las acompaña con un libro, aunque nunca termina de leer.
Una mañana a principios de invierno.
Jaejoong seleccionando flores para un bouquet, tarareaba una alegre canción cuando un cliente llegó. Sus mejillas de colorearon, tal vez fue el reflejo de las rosas rojas, pero, él estaba allí, el desconocido hombre del café, lo miraba fijamente...pidió un arreglo floral con rosas, como las que Jaejoong aún sostenía en sus manos. Esboza una nerviosa sonrisa, lo mira de reojo, mientras el apuesto y varonil hombre espera. Al ver ya terminado el hermoso ramo de rosas, suspira, seguramente son para su novia.
—Quiere que las enviemos a alguna dirección? (preguntó sin respirar)
El desconocido niega con la cabeza mientras escribe en una tarjeta.
Cuando el hombre se fue, Jaejoong pudo respirar...tras un largo suspiro, vio que el desconocido dejó la tarjeta en el mesón. Entonces salió a la calle—¡Señor olvidó su tarjeta!
Miró hacia ambos lados, se encoje de hombros...seguramente tenía prisa, como todos los demás. Miró la tarjeta y lee el dorso...
"Este ramo de flores, harán recordarte...cada vez que las vea, te veré en ellas. Aunque nunca podrán superar tu belleza...con ilusión Yunho"
Jaejoong no sabe si reír o llorar...tal vez ambas, definitivamente. El desconocido tiene un nombre "Yunho" pero su corazón pertenece a otra persona.
Esa noche leyó y releyó la tarjeta, se pregunta, quien será la dueña de tan dulces palabras.
En mañana siguiente, todo parece ser gris...gente gris, casas grises y el cielo gris. Las nubes negras amenazan con dejar caer un diluvio. Las personas corren, sin embargo Jaejoong no tiene prisa, aunque si no encuentra un refugio estará empapado por horas. Entonces sus pasos lo llevaron al mismo café. Respira hondo, siente nostalgia de una ilusión que solo su mente creó.
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