DULCE SAN VALENTÍN

 

Cada tarde después de la escuela, Yunho y Jaejoong quienes son mejores amigos...corren hasta la tienda de confitería...sonríen, mientras se deleitan de un delicioso algodón de azúcar. 

Luego miran los escaparates y las vitrinas ataviadas con motivos de san Valentín.

Algún día, dijo Jaejoong, tendré la mejor tienda de pasteles de toda la ciudad.

Yunho sonríe—La semana pasada dijiste que serías el dueño de la  mejor floristería de la  ciudad.

Jaejoong hace una mueca—Puedo hacer las dos cosas.

Yunho sonríe—Estoy seguro de ello.

Jaejoong sonríe ampliamente.

Las fechas pasadas de san Valentín, ninguno de los dos estuvo realmente interesado...se juntaban a jugar con otros niños en el parque. Nada es mejor que jugar un buen partido de fútbol. El romanticismo todavía no se apoderaba de sus  corazones.

En el último año de secundaria.

Sucedió entonces, que una mañana, una niña le entrega una carta y un  chocolate a Yunho, este se sonroja y ella ríe  coqueta. Jaejoong, que ve esta escena, no le gustó lo que sintió en ese momento, un agudo dolor en su pecho, incluso, sintió deseos de llorar...corrió hasta la azotea. Apretando con fuerza el envoltorio que llevaba en su mochila.

Yunho lo buscó con la mirada, al no encontrarlo supo en seguida donde buscarlo.

Que sucede? las chicas están repartiendo chocolates, son tan bobas, quieres?

Jaejoong negó con la cabeza, desviando la mirada.

Yunho lo mira—Estuviste llorando?

Jaejoong negó con la cabeza.

Yunho hace que lo mire y Jaejoong no pudo contenerse y se puso a llorar.

Yunho preocupado—Te duele algo?

Jaejoong—Solo el corazón.

Yunho no supo si preocuparse más o reír.

No te burles.

Estás así por que no recibiste chocolates de la chica que te gusta?

¡No hay nadie que me guste!

Yunho con algo de desilusión —No hay nadie, de verdad?

Jaejoong sonrojado.

Yunho insistió en que mordiera su chocolate., Jaejoong se negó y sacó de su mochila, un chocolate que había hecho  con gran esfuerzo...no está bonito, dijo pero apuesto que sabe mejor que ese que tienes derritiéndose en tus manos. Seguro lo compró.

Yunho emocionado—Es para mi?

Jaejoong hace una mueca—Es mío.

Yunho sonríe y sin previo aviso mordió el chocolate de Jaejoong y lamiendo sus labios exclamó ¡Delicioso!

Jaejoong arruga el ceño—Te dije que era mío.

Yunho y una mirada ensoñadora—Todo lo tuyo es mío.

Jaejoong no pudo evitar sonreír, y luego sintió que su mundo giraba, daba volteretas como una montaña rusa sin frenos, cuando Yunho sin previo aviso lo besó.

Se miraron unos instantes a los ojos, mientras sus lenguas quitaban resto de chocolate de sus labios, para luego...invadirse mutuamente. Estuvieron así todo el resto de la tarde. Como si hubieran descubierto el mejor de las entretenciones. Besarse no tiene comparación con un partido de fútbol. Además están  esas cosquillas juguetonas que, en varias oportunidades, los dejaron ruborizados y avergonzados.

A menudo los padres de Yunho viajaban al extranjero...lo cual fue bastante conveniente para los jóvenes enamorados.

Los dos amigos se reunieron con la intención de estudiar, fue lo que dijo Jaejoong a su mamá. Llevó su saco de dormir y su pijama.

Yunho alza una ceja y con tono seductor—No necesitas saco de dormir, dormirás conmigo, en mi cama y la pijama también es innecesaria, yo duermo desnudo.

Jaejoong sintió que todos los colores del arcoíris colorearon su rostro, el rojo intensó bajó a su entrepierna.

Eres tan lindo, no sé como no lo noté antes, dijo Yunho acariciando sus sonrojadas mejillas, estás nervioso? yo también. Prometo que seré gentil (lo había escuchado en una película, quería ser galán)

Jaejoong tragó saliva y sacó algunos cuadernos, los puso sobre el escritorio que estaba en un rincón...carraspea y hace alguna pregunta de algebra, tratando que su emoción  no se convierta en pasión.

Pero Yunho con besos y caricias lo convenció.

En definitiva, Jaejoong,  no opuso mayor resistencia.

Ambos sienten que flotan en el aire, que tocan el techo y vuelven a volar...el dolor primero se convirtió en el mejor de los placeres.

Cuando estaban demasiado cansados por alguna actividad escolar o por algún extenuante examen, simplemente se tumbaban en la cama y se daban placer mutuamente. Luego algunos besos pegajosos y a la ducha.

El tiempo pasa demasiado rápido cuando están juntos y demasiado lejos cuando no lo están.

Y esos momentos de vacíos son llenados con toda la pasión reservada.

El idilio que comenzó un día de san Valentín, tuvo muchos más Valentines. Algunos años de amor secreto, entre rosas, chocolates y sábanas de seda.

Yunho sonríe, en cada aniversario cubre la cama con pétalos de rosa, es algo sumamente cursi, pero  a su novio que es un romántico empedernido le agradan esas cosas y para ser sincero, él también lo es...Además, luego  de los empalagos viene lo mejor. 

Ambos conservan las cartas de amor que se han dedicado a lo largo de esos años.

Pronto será san Valentín nuevamente.  Este año prepararán algo especial, pero  algo no debe faltar nunca, el corazón de chocolate que hornea Jaejoong solo para su Yunho.  Sonríen, en el san Valentín del año pasado, bebieron vino , comieron pastel y la mezcla en sus bocas, dio el más delicioso sabor, sonríen y luego se ruborizan... a veces son bastantes rudos.

Se miran a los ojos y saben que el amor, de ellos, es para toda la vida. Debe ser así...tiene que ser así.

Mientras aquel sentimiento siga en sus corazones, vivirán a escondidas ese maravilloso amor que nació un día de san Valentín y que se fortalece con el paso de los años.

Tú endulzas mi corazón, le das un buen sabor, a cada situación. Siempre tú. Quien podría ser mejor? Contigo sale el sol. Sazonas mi interior, siempre. Se derrite mi corazón, tan solo con una mirada. Son tus besos, es tu voz que tienen mi alma enajenada. Nuestro amor sabe a chocolate, un bombón que late. Tú, tú mi inspiración, receta de pasión amor sin condición, siempre se derrite el corazón.

Fin.